Ecuador y Alfaro, una relación que no merecía el divorcio
El entrenador argentino se fue de Ecuador y se busca reemplazo
La Federación Ecuatoriana de Fútbol anunció la salida del cargo de entrenador de Gustavo Alfaro. Fue despedida y agradecimiento para el hombre que le dio al país la oportunidad de jugar la tercera Copa del Mundo de la historia en una relación que terminó antes de lo esperado. "Comunicamos al país que, tras algunos meses de conversaciones entre la Federación y el profesor Gustavo Alfaro, las partes han decidido quedar en libertad para evaluar y buscar nuevas opciones en beneficio y desarrollo de sus intereses", mencionó el comunicado oficial de la FEF.
Si bien es cierto que los dirigentes intentaron renovar su vínculo, fue el argentino quién tomó la decisión de dejar su cargo tras un ciclo exitoso no solo en los resultados sino en un proceso que sentó bases para lo que viene.
Alfaro estuvo al frente del seleccionado durante 35 partidos (doce triunfos, catorce empates y nueve derrotas), realizó un proceso de Eliminatorias perfecto siendo tercero en la general y consiguiendo el boleto directo a Qatar, donde se quedó en las puertas de meterse en octavos de final.
Estadística al margen, consiguió darle identidad a un equipo que le jugó de igual a igual a las potencia del planeta (empató con Países Bajos, Argentina y Brasil, por caso) y asentar a jugadores jóvenes que serán el futuro inmediato del seleccionado.
De los 26 jugadores que llevó a Qatar, solo seis superaron la edad de 30 años (los arqueros Galíndez y Domínguez, Arboleda, Menna y Valencia), el resto tiene edad para cumplir con otro proceso pensand en México, Estados Unidos y Canadá 2026.
Hizo debutar a Moisés Ramírez, Hernán Galíndez, Piero Hincapie, Félix Torres, Willian Pacho, Moisés Caicedo, Jeremy Sarmiento, Reasco y Kevin Rodríguez, todos ya con la experiencia de disputar el torneo de selecciones más importante de todos.
Ver más: Indignado porque Messi puede ganar The Best: "Solo por cuatro semanas"
Con Copa América y Eliminatorias por delante, lo lógico hubiese sido continuar el proceso de Alfaro, más aún porque en cuatro años, la experiencia y la suma de partidos potenciaría a la nueva generación, que empieza a pisar fuerte en Europa.
Ahora, el desplante del argentino cambia el escenario y como siempre pasa cuando llega un entrenador nuevo, la incertidumbre está latente hasta que los resultados marquen un veredicto.