Opinión: Deslucida victoria mexicana en El Salvador
El planteo del Tata Martino fue algo mezquino, pero cumplió
Una noche más en la era Gerardo Martino con la Selección de México donde las maneras superan al resultado. Un 0-2 en un campo complicado como el Cuscatlán, que apretó con un sinfín de gritos y sobre todo, de botellas lanzadas hacia la cancha en cada oportunidad que un futbolista mexicano pasaba cerca de las gradas.
Como ocurrió en San José, Costa Rica, el planteamiento del Tata Martino no fue de salir a buscar al rival y dominar en posesión o llegada, pero simplemente a encontrar los goles. Con ocho jugadores que no iniciaron el juego anterior y con nuevos mecanismos dentro del campo salvadoreño.
Si bien la estructura fue un 4-3-3, a la hora de atacar, Orbelín Pineda se posicionaba como un enganche, dando una figura de 4-2-3-1, lo que dejaba a dos recuperadores en medio campo para evitar cualquier contragolpe y con subida a zona ofensiva. En este sentido, el señalado futbolista de Cruz Azul, Luis Romo, se robó los reflectores al ser el principal recuperador de balones en los pocos arribos rivales al campo mexicano.
A pesar de jugar con Chucky Lozano y Tecatito Corona, México no fue peligroso al frente; el primer gol cayó en pelota parada y el segundo, en una jugada individual de Raúl Jiménez que consiguió una pena máxima y que él mismo cobró, rompiendo una sequía de 330 días sin gol con el "Tri", en su regreso con el equipo tras superar la lesión.
Las notas malas fueron para Néstor Araujo, quien se hizo expulsar por un codazo en medio campo, se pierde el partido vs Estados Unidos en noviembre, y una nueva lesión de Alexis Vega, que no pudo completar el primer tiempo de este compromiso y salió de cambio por Corona.
México volverá a la actividad el 12 de noviembre, cuando visiten a Estados Unidos en una disputa por el liderato de la clasificación, donde por ahora el cuadro azteca va primero con 14 puntos.
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