Independiente, vaciado por sus dirigentes y necesitado de un influencer
Nota de opinión del periodista argentino Ariel Senosiain, sobre la ayuda del influencer a Independiente de Avellaneda
La movida del influencer Santiago Maratea para recolectar dinero en Independiente lleva varios meses de gestación. De entrada, la reacción positiva no fue unánime dentro de la comisión directiva del club. Un hombre de años ya como dirigente reconoce por lo bajo: "Lo primero que dije fue que eso no es para nosotros. No somos Luna de Avellaneda". La misma persona, ya presentada la propuesta, cambió de idea: "Me di cuenta que no podemos generar lo que creíamos que íbamos a generar. Así que bienvenida la ayuda". Ese debe ser el primer elemento a tener en cuenta para analizar la donación multimillonaria: los hinchas hacen lo que los dirigentes no pueden, exponiendo el fracaso de quienes gobernaron el club en la anterior gestión y quienes fueron elegidos recientemente.
El segundo elemento debería ser lo que moviliza el fútbol en la Argentina. Hoy es Independiente, ayer fueron otros. De primera y de otras categorías. Un ejemplo: Temperley, hoy en la segunda división, alguna vez se sostuvo en cinco socios que pusieron sus casas como garantía para salir de la quiebra; sus casas, las personales, las de sus familias. La pertenencia a un club está por encima de cualquier otra identidad. Que la pelota entre no es lo más importante que puede tener una persona, lo sabe cualquiera. Sin embargo, ante tanta pálida de la vida diaria, un partido ganado puede transformarse en un alivio para enfrentar la cotidianidad.
La exposición de Maratea no tuvo fisuras. Reconoció que no quiso contar con dirigentes cerca porque alejan a los socios y a los hinchas. Se propuso un objetivo de máxima: los 20 millones de dólares que componen la deuda del club (aunque todos aceptan que 6 millones serían una extraordinaria colecta ya que permitiría levantar la inhibición para contratar jugadores). Dejó mensajes interesantes tales como "la solución de nuestros problemas está en la gente" y "la tecnología puede servir para unir las masas". Y hasta blanqueó que el 5% de lo recaudado será para los gastos del fideicomiso que se abre y para él mismo, como para que nadie vea en su persona a Robin Hood ni desconfíe al no saber qué le corresponde.
Las cuentas podrían cerrar. Independiente necesita dinero y sus simpatizantes acuden en su ayuda sin que nadie los obligue. ¿Y a futuro cómo puede actuar? ¿Qué desventajas o riesgos incluye un plan romántico y material a la vez? Para empezar, habría que entender que en otras ligas no pasaría el filtro del Fair Play financiero, que coarta las inyecciones de dinero ajeno a los recursos genuinos de un club. Nuestro fútbol, sin un marco legal que lo ordene en varios rubros, lo permite. Yendo más allá, ¿podrían empezar a generalizarse estrategias como estas? Es probable. En ese caso, las encararían aquellos clubes que cuentan con más hinchas, que de por sí ya cuentan con un presupuesto mayor por ingresos de recaudación, socios, etc. De esa manera, sería una desventaja para las instituciones ordenadas con pocos simpatizantes.
Independiente tiene cerca de 4 millones de hinchas
Tal vez no haya que proyectar tanto a futuro. Probablemente hoy debamos simplemente analizar cómo un joven puede movilizar a una multitud, descreída pero apasionada, con espacio todavía para ilusionarse. Seguramente lo que tengamos que subrayar es la pasión popular. Independiente es de los hinchas. Son ellos, los socios en realidad, los que votaron a determinadas comisiones directivas que defraudaron, fracasaron y tendrán que rendir cuentas en la Justicia. Son los hinchas, también, los que agrandan minuto a minuto la cuenta de los miles de pesos para ayudar a un club vaciado y sin ideas.
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