La dramática carta de Adriano en la favela: "Bebo porque no es fácil ser..."

La dramática carta de Adriano en la favela: "Bebo porque no es fácil ser..."

La leyenda brasileña compartió un mensaje durísimo acerca de su estado actual

Por: Santiago SimonsMartes 12 Nov 2024

Hace apenas unos días se viralizó una desgarradora imágen de Adriano Leite Ribeiro. 'El Emperador', que alguna vez supo ser una de las grandes estrellas del fútbol mundial, se econtraba totalmente alcoholizado en Vila Cruzeiro, la favela brasileña donde el ex Inter de Milán entre otros reside actualmente. A raíz de esto, y por medio de 'The Players Tribune', el delantero compartió una carta donde se refiere abiertamente a su adicciónal alcohol y como la muerte de su padre marcó su vida para siempre.

El brasileño confirma de manera rotunda sus problema con la bebida, pero asegura que no consume ningún tipo de estupefaciente. "No me drogo, como intentan demostrar. No estoy metido en el crimen, pero, por supuesto, podría haberlo hecho. No me gusta salir de fiesta. Siempre voy al mismo lugar de mi barrio, el kiosko de Naná. Si quieres conocerme, pásate. Bebo cada dos días, sí. (Y los otros días, también.) ¿Cómo llega una persona como yo al punto de beber casi todos los días? No me gusta dar explicaciones a los demás. Pero aquí va una. Bebo porque no es fácil ser una promesa que sigue en deuda. Y a mi edad, la cosa empeora".

Pero el inicio de la carta es incluso aún más dramático, cuando Adriano explica lo que siente en profundidad: "¿Sabes lo que se siente al ser una promesa? Lo sé. Incluso una promesa incumplida. El mayor desperdicio del fútbol: yo. Me gusta esa palabra, desperdicio. No solo por cómo suena, sino porque estoy obsesionado con desperdiciar mi vida. Estoy bien así, en un desperdicio frenético. Disfruto de este estigma".

El momento que marcó para siempre la vida del ex-centrodelantero de Parma, Inter, Flamengo y Sao Paulo entre otros, fue sin lugar a dudas la perdida de su padre, su gran sostén. "La muerte de mi padre cambió mi vida para siempre. Hasta el día de hoy, es un problema que todavía no he podido resolver. Toda la mierda empezó aquí, en la comunidad que tanto me importa".

Su gran referente no solo lo comprendía e intentaba sacarlo del mal camino, sino que además se convirtió en la razón por la que Adriano tuvo que cargar con una responsabilidad inimaginable a corta edad. "A mi padre le dispararon en la cabeza en una fiesta en Cruzeiro. Una bala perdida. Él no tuvo nada que ver con el desastre. La bala entró por la frente y se alojó en la nuca. Los médicos no tenían forma de sacarla. Después de eso, la vida de mi familia nunca fue la misma. Mi padre empezó a tener convulsiones frecuentes. ¿Alguna vez has visto a una persona sufriendo una convulsión epiléptica frente a ti? No quieres verlo, hermano. Da miedo. Yo tenía 10 años cuando dispararon a mi padre. Crecí viviendo con sus crisis. Mirinho nunca más pudo trabajar. La responsabilidad de llevar la casa recaía enteramente sobre mi madre".

Su salida de Inter

Adriano llegó al Inter de Milán por primera vez en el año 2001, pero no fue hasta su regreso en el 2004 que se asentó como un referente del equipo. En total, y luego de tres pasos por el conjunto Neroazzurro, acabó marcando 71 goles en 175 partidos disputados. Su carrera pudo haber sido incluso más prolífera, pero acabó "escapandose" de allí.

 "Cuando 'escapé' del Inter y salí de Italia, vine a esconderme aquí. Recorrí todo el complejo durante tres días. Nadie me encontró. No hay manera. Regla número uno de la favela: mantén la boca cerrada. ¿Crees que alguien me delataría? Aquí no hay ratas, hermano. La prensa italiana se volvió loca. La policía de Río incluso llevó a cabo una operación para 'rescatarme'. Dijeron que me habían secuestrado. Estás bromeando, ¿verdad? Imagínate que alguien me va a hacer daño aquí... a mí, un niño de la favela", aseguró el brasileño.

 "Me gustara o no, necesitaba la libertad. Ya no podía soportarlo más, tener que estar siempre atento a las cámaras cada vez que salía en Italia. En mi comunidad, no tenemos eso. Cuando estoy aquí, nadie de afuera sabe lo que estoy haciendo. Ese era su problema. No entendían por qué iba a la favela. No era por la bebida, ni por las mujeres, mucho menos por las drogas. Fue por la libertad. Fue porque quería paz. Quería vivir. Quería ser humano de nuevo. Solo un poquito. Esa es la maldita verdad. ¿Y qué?"

 Tampoco evitó explicar las razones por las que dejó de lado la fortuna y el éxtio. "La gente dijo muchas tonterías porque todos estaban avergonzados. 'Vaya, Adriano dejó de ganar siete millones de euros. ¿Renunció a todo por esta mierda?' Eso es lo que más escuché. Pero no saben por qué lo hice. Lo hice porque no estaba bien. Necesitaba mi espacio para hacer lo que quería hacer." 

"Ahora lo ves por ti mismo. ¿Hay algo malo en cómo estamos pasando el rato aquí? No. Lamento decepcionarte. Pero lo único que busco en Vila Cruzeiro es paz. Aquí camino descalzo y sin camiseta, sólo con pantalones cortos. Juego al dominó, me siento en la acera, recuerdo mis historias de infancia, escucho música, bailo con mis amigos y duermo en el suelo. Veo a mi padre en cada uno de estos callejones. ¿Qué más quiero?", concluyó de manera dolorosa Adriano, "El Emperador" de Vila Cruzeiro.

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