Nervios e imprecisión: Perú pende de un hilo
Nervios e imprecisión: Perú pende de un hilo
¿Aún no se comprende que el cambio es una constante en el fútbol? Ricardo Gareca, al parecer, insiste en mantener el sistema cuando el partido exige otras aptitudes. Ayer, Uruguay salió a entregar la pelota, a cortar el medio campo, a dejar jugar pero bajo sus condiciones. Sin embargo, el estratega peruano y los jugadores parecen armar circuitos de memoria y no de acuerdo a la circunstancias.
Las conexiones que intentaban realizar con Paolo Guerrero eran muy parecidas a las que sí sirven con Gianluca Lapadula; esto no debía ocurrir al tratarse de dos jugadores de distintas características. Aún se nota la discontinuidad del 9 peruano pero mantiene ese vigor para proteger la pelota de espalda a los defensas.
Si hay algún nombre en el cual fijarse es el de Edison Flores. No se comprendía su titularidad. Si Sergio Peña venía encadenando buenos partidos, ¿por qué no se le concedió estar en el 11 inicial? Interrogantes que solo el estratega nacional puede resolver. Flores estuvo demasiado impreciso en su elaboración de juego, además esa picardía y remate de larga distancia parecen ser cosa del pasado.
La defensa peruana se dividió en dos bloques: la derecha de Alexander Callens y Marcos López y la izquierda de Luis Advíncula y Anderson Santamaría. Los de la derecha realizaron un gran partido, especialmente Callens quien fue "el bombero" en cada desastre de Santamaría, que estuvo impreciso y nervioso en cada salida. Por su parte, López estuvo fino en la defensa pero deficiente en el juego en ataque, algo fundamental en los laterales.
El factor Christian Cueva es de los favoritos de Gareca. Sin embargo, parece que aún no descubrimos qué hacer cuando cercan al 10 peruano. Uruguay ahogó a Cueva y ahogó a Perú, por momentos parece que si la pelota no pasa por sus pies, no trae peligro al área rival.
Otra cuestión es por qué Gareca no usó sus 5 cambios. Con el primer tiempo de Flores era suficiente para alinear a Peña y dar un jugador de asistencia a Cueva como Gabriel Costa para que distraiga a los charrúas y le quite los hombres de encima a Cueva. Esa flexibilidad que tanto se necesita en el fútbol se le resiste a Gareca.
¿Qué hubiera pasado si la chalaca de Renato Tapia no se hubiera desviado con el defensor charrúa o si el último balón uruguayo no hubiera caído al palo? Se juega a lo que exigen las circunstancias no a lo que uno quiere .El empate es un gran negocio para los charrúas pero Perú necesitaba sumar de a tres. El sueño del Mundial cada vez se hace más lejano, el domingo es una obligación ganarle a Venezuela.
Ver más: Renato Tapia hizo magia: tremendo golazo de chilena a Uruguay