Bombazo: son el peor de los 36, golearon y van punteros de la Champions
Son el peor equipo de los 36, golearon y van punteros de la Champions
Ya podemos hablar del primer bombazo de la Champions League, cuando apenas se jugaron dos fechas. Y es que uno de los más humildes clubes de esta nueva edición, el que peor coeficiente tiene, es el mejor tras dos partidos jugador. Hablamos del Stade Brestois 29, más conocido por su abreviación, Brest. Un equipo que, a diferencia de muchos otros clubes, ha decidido defender el honor del fútbol francés en la Champions. A pesar de ser debutante en esta competición, el Brest llegó con bajas significativas y con una inversión mínima en nuevos jugadores. Muchos lo descartaban incluso antes de empezar la fase de grupos.
Sin embargo, tras derrotar al Sturm Graz en su primer partido, el Salzburgo también cayó ante el coraje y la determinación de este equipo que no tenía nada que perder. El Brest se impuso con un contundente 0-4, colocándose en lo más alto del torneo, logrando una victoria histórica para el fútbol francés, tan frecuentemente menospreciado en Europa.
Antes de esa contundente victoria, el Brest ya había sobrevivido a un primer tiempo caótico. Nadie sabía cómo llegaron al descanso ganando, y pudo haber sido un 0-2 si Sima, autor del primer gol, no hubiera fallado una clara ocasión a mitad de la primera parte. Bajo la dirección de Pepijn Lijnders, exasistente de Klopp en el Liverpool, el Salzburgo salió al ataque desde el inicio, acumulando jugadores en el área rival y sometiendo al Brest. De hecho, los austriacos marcaron al comienzo con un gol en propia puerta de Camará, pero el VAR intervino, anulando el tanto por un fuera de juego de Konaté que obstruyó la visión del portero Bizot.
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El Brest resistía como podía, sin la posesión del balón ni oportunidades claras. Pero en el fútbol, dominar no siempre garantiza la victoria. En un contragolpe espectacular, Ajorque realizó una gran jugada que permitió a Sima marcar el 0-1. Ese gol dio confianza al Brest, que empezó a desafiar al Salzburgo en su propio terreno. Sima, inspirado, tuvo otra oportunidad clara para ampliar el marcador, pero falló. Antes del descanso, tanto Konaté como Bidstrup pudieron empatar, pero erraron sus tiros.
El Brest, que al inicio de la competición parecía el equipo más débil, sorprendió a todos. El entrenador Éric Roy notó que el Salzburgo dejaba muchos espacios en defensa y decidió incorporar a Mama Baldé, un extremo rapidísimo que desestabilizó al rival. Los goles no tardaron en llegar. Camará marcó el 0-2 con un potente remate, Sima anotó el 0-3, y Pereira-Lage selló la goleada con el 0-4. Este triunfo desató la euforia en Bretaña y consolidó al Brest como una sorpresa imparable en la Champions.