Este Manchester City es la obra cumbre de Pep Guardiola
El Manchester City aplastó al Real Madrid y el periodista argentino Ariel Senosiain explica por qué este City es la mejor obra de Pep Guardiola
Hace 12 años creíamos haber visto un fútbol inigualable. El disfrute por el Barcelona de aquel tiempo fue tan intenso que, prácticamente de manera unánime, quedó decretado que se trató del mejor equipo de la historia. O por lo menos, para no caer en faltas de respeto generacionales, el mejor equipo de nuestra historia. Pues bien, el mismo entrenador fue capaz de superarse.
Sucede que dicho disfrute no estuvo dado sólo por la mano del entrenador sino, sobre todo, por los geniales jugadores que juntó: Messi, Iniesta, Xavi (tres de los principales cinco o seis del siglo), Busquets, Piqué, Dani Alves y compañía. Quizás eso sea lo que nos permita entender que Pep Guardiola se ha superado: con muy buenos futbolistas, algunos excelentes, pero sin un Balón de Oro por ejemplo, diseñó un Manchester City extraordinario. La mano del técnico se ve más en este equipo que en aquel Barcelona lujoso, sencillamente porque la magia de los jugadores citados muchas veces ganaba los partidos por cuenta propia. El City pagó fortunas por este plantel y tiene varios hombres de selecciones, pero no se trata sólo de una constelación de estrellas como es por ejemplo el PSG. Y a ese material, aquí lo fundamental, Guardiola supo darle una estructura: hoy, Bernardo Silva, Kevin De Bruyne y John Stones, por citar algunos, son mejores jugadores que antes de la llegada de Pep.
Líder en la Premier, finalista en la FA Cup y ahora también en la Champions. Los números ya indican su valor. Hay mucho más. La predisposición de todos para presionar y recuperar rápido es un ejemplo; los talentosos, al servicio del equipo. La utilización del ancho del campo para oxigenar las jugadas o bien, para estirar al rival y golpearlo por adentro. El criterio en la salida prolija por abajo y cuando hace falta, la búsqueda larga, siempre con un destino claro. Control absoluto de la pelota, manejo de tiempos, aceleración y pausa de ser necesarias. Detalles tácticos como la posición de Stones, antes un central convencional y actualmente, por momentos un volante más para ejercer superioridad numérica en el medio. Todo nació en la cabeza de Guardiola, su convicción para transmitirlo y su capacidad para entrenarlo.
El concepto no varía: el Barcelona del 2011, aquel del 3-1 al Manchester United en Wembley, será siempre irrepetible. Los duendes del fútbol se juntaron para que todos lo pudiéramos disfrutar. Pero este City es la obra cumbre de Pep, el equipo donde más se vio su injerencia, el que debería ganar la Champions de una buena vez.