Bien plantados pero poca jerarquía: Perú y su frustrado sueño mundialista
Perú saca de Argentina la derrota esperada, pero el hincha sale del estadio con un total sinsabor.
Perú saca de Argentina la derrota esperada, pero el hincha sale del estadio con un total sinsabor. De hecho, Perú realizó un gran partido y destaca por su trabajo defensivo. Un equipo ordenado que, a pesar de no poseer la posesión del balón, mantuvo sus ocasiones de ataque muy similares a las del equipo argentino incluso lo supera en el número de remates dirigidos a los 3 palos. El 1 a 0 refleja muy bien cómo se desarrolló el partido. Analizaremos el nivel de los seleccionados y las esperanzas que le quedan a los incas.
Resulta increíble ver a jugadores quejándose del estilo que presentó Ricardo Gareca. El "Tigre" acertó totalmente al apostar por un juego defensivo y cortar los circuitos de la selección argentina.
Debemos resaltar totalmente la labor de Pedro Aquino que ganó 10 duelos de 15, recuperó 7 pelotas a tacle limpio y no recibió ninguna tarjeta: un "masterclass" del mediocentro defensivo. Desear que Perú le juegue de tú a tú a la selección de Lionel Messi es peligroso, primero el equipo debe ser consciente de sus debilidades para tentar buenos resultados.
No fue un partido para que brillen los atacantes y se ve reflejado en las pobres actuaciones de Gianluca Lapadula, Christian Cueva y demás. Esto se debe a las pocas situaciones que tuvo el equipo: 5 disparos y 3 directamente al arco. Sin embargo, dos de ellas fueron de claro peligro para Perú. Una ocasión que Lapadula erró inexplicablemente ante el arquero y la ocasión de penal que generó Jefferson Farfán que, de no ser por la barrida de Emiliano Martínez, estaríamos hablando de uno de los goles de la fecha. La pregunta es, ¿Por qué no se esperó a que Farfán pateara el penal si era el más experimentado?
Otro factor importante en la cancha fue la poca jerarquía del equipo peruano al encarar a los argentinos. Las fechorías y falta de ética estuvieron a la orden del día: Los argentinos querían que solo les piten faltas a favor, que se quejaban de un golpe y se tiraban después de 30 segundos de lo acontecido, gritaban en la cara del rival su desacierto de un penal, se quejaban del por qué un rival juega con un estilo y reclamaban sobre los aciertos arbitrales.
Perú tiene que aprender de una vez por todas que en Sudamérica el fútbol es hostil y se premia la picardía(lamentablemente); no se trata de un deporte de caballeros andantes.
Tal y como acontecieron los resultados, Perú tiene que ganar 5 de sus 6 duelos y empatar uno para tentar su posible clasificación. Sobrevivir a Barranquilla y al Centenario será un calvario, pero qué más le queda a una selección que un día hace el partido soñado y al otro se duerme en sus laureles. La irregularidad en el fútbol se paga caro. Hoy estamos prácticamente eliminados, en el penúltimo lugar, pero no queda más que luchar hasta quemar el último cartucho.
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