Análisis: Los tres posibles volantes que tiene Scaloni para un puesto
La selección argentina tiene un equipo armado, aunque todavía hay un puesto que no tiene dueño
Argentina tiene prácticamente el once definido pensando en Qatar 2022, pero el tercer interno aún es una incógnita. Hay tres jugadores que pelean por el último lugar disponible.
Martínez; Otamendi, Romero; Paredes, De Paul; Di María, Lautaro, y obvio, Messi. Ocho titulares en el pizarrón de Lionel Scaloni, que prende velas para que ningún soldado manque de acá a diciembre. De los tándems Molina-Montiel y Acuña-Tagliafico saldrán los laterales y resta sentenciar un volante para darle forma definitiva a un equipo que va por la copa esquiva desde 1986.
Allí, en ese lugar del mediocampo, el interrogante es cada vez más grande. Al deté le seduce desde siempre Lo Celso, pero perdió ritmo por su poca continuidad en Inglaterra, al punto que ya es refuerzo del Villarreal español. Con él, Argentina gana en posesión, tenencia y pase-gol, pero resigna marca, más aún teniendo en cuanta que Paredes es un volante central más de juego que de roce.
Nico González puede darle más equilibrio. El todo terreno de la Fiorentina ya jugó en las Eliminatorias de lateral por izquierda, de volante por ese sector y hasta de wing. Esa versatilidad, sumada a la dinámica que tiene, puede completar una banda zurda con un lateral definido: El recorrido de González y por delante, la magia de Di María. Así, la izquierda quedaría mas balanceada, como ocurre por derecha con De Paul.
La tercera opción es la del Papu Gómez, más del estilo de Lo Celso que de González, con más gol y menos marca que los otros dos. Ahí, Scaloni estaría en un escenario similar porque se le parte el equipo al medio entre la mitad de los que defienden (los cuatro de atrás más algo de Paredes- De Paul) y los tres que atacan.
Es cierto que en Sudamérica ir al frente le ha dado resultados de sobra pero a nivel mundial, amontonar jugadores ofensivos no es ninguna garantía y un mínimo error táctico te puede dejar afuera de un sueño que aparece cada cuatro años. Por eso, Nico González parece encajar justo para terminar de formar un equipo que siente ese anhelo ecuménico más cerca que nunca.
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