Pelé era un mago, y Eduardo Galeano lo describe a la perfección
Pelé era un mago, y Eduardo Galeano lo describe a la perfección
Estimados lectores, a continuación podrán leer un texto del escritor uruguayo Eduardo Galeano. "Pelé/2" es parte del libro "Cerrado por fútbol" de la editorial Siglo Veintiuno.
Pelé/2
1958. Estocolmo
Resplandece el fútbol brasileño, que baila y hace bailar. En el Campeonato Mundial de Suecia, se consagran Pelé y Garrincha, para desmentir a quienes dicen que los negros no sirven para jugar en clima frío.
Pelé, flaquito, casi niño, hincha el pecho, para impresionar, y alza el mentón. Él juega al fútbol como jugaría Dios, si Dios decidiera dedicarse seriamente al asunto. Pelé cita a la pelota donde sea y cuando sea y como sea, y ella nunca le falla. A los altos aires la envía: ella describe una amplia curva y vuelve al pie, obediente, agradecida, o quizás atada por un elástico invisible. Pelé la levanta, encoge el pecho, la deja rodar suavemente por el cuerpo: sin que toque el suelo la va cambiando de pierna mientras se lanza, corre que te corre, camino del gol. No hay quien pueda atraparlo, a lazo ni a balazo, hasta que deja la pelota clavada, blanca, fulgurante, en el fondo de la red.
Dentro y fuera de la cancha, se cuida. Jamás pierde un minuto de su tiempo, ni se le cae nunca una moneda del bolsillo. Hasta hace poco, lustraba zapatos en los muelles del puerto. Pelé ha nacido para subir; y lo sabe.
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