Mercado precoz: el error de los europeos en la compra de los futuros cracks brasileños
Cada vez, los futuros talentos parten más chicos a modo de inversión, aunque la mayoría no se adapta y vuelve rápidamente.
Los grandes equipos europeos apuestan por jugadores brasileños cada vez más jóvenes en un mercado feroz. Los compran por verdaderas fortunas siendo tan solo adolescentes con el objetivo de que se conviertan en futuros cracks mundiales. Sin embargo, más allá de pocos casos emblemáticos como Vinicius o Rodrygo, hay muchos que por su edad no se acostumbran a un salto gigante a tan corta edad, y no solo por lo deportivo.
El factor de comprarlos siendo tan jóvenes, requiere del futbolista un lógico proceso de adaptación, no solo a otro fútbol, sino también a otra cultura, otro idioma, climas distintos, etc, mientras se encuentran de repente en un escenario de elite y con cifras de dinero que cambian su vida por completo.
Hoy ver a Vinicius o a Rodrygo brillando en el primer nivel no tiene que tapar el bosque. La gran mayoría de jugadores que son pichones de cracks no logran asentarse rápido y terminan retornando pronto. Es más, hasta los dos delanteros brasileños del Real Madrid tuvieron que jugar en el Castilla antes de ganarse su lugar.
Conscientes de esto, Chelsea compró a Andrey Santos y lo dejó a préstamo en Vasco Da Gama antes de hacerlo ir y volver o de darlo a préstamo en otro equipo europeo, como pasó con Renier que Real Madrid cedió a Girona. No hay nada mejor que asegurarlo con el fichaje y que siga sumando rodaje en su hábitat hasta que pueda dar el salto estando preparado.
El Brasilerao se llenó de jugadores que fueron y rápidamente pegaron la vuelta en el primer avión de regreso. Gabigol es el principal ejemplo: Inter de Milan se lo compró en 20 millones a Santos pero apenas jugó diez partidos en Italia. De ahí pasó a Benfica, donde le fue peor (cinco juegos) y regresó a Flamengo con apenas 23 años para convertirse en ídolo.
El propio Flamengo hoy disfruta de Gerson, otro ejemplo del caso. El volante se fue con 19 años para jugar en Roma, sin embargo, jamás hizo pie ni fue indiscutido ni en la Loba, ni en Fiorentina. Volvió al gigante de Rio de Janeiro, lo compró Olympique de Marsella pero solo duró un año en Francia para retornar una vez más al Mengao.
En Rio de Janeiro también está el caso Everton, que también tiene un escenario similar: Gremio se lo vendió a Benfica y terminó retornando a Sudamérica para jugar en Flamengo con apenas 27 años.
Si bien es cierto que Brasil hoy tiene una billetera que le permite acercar sueldos a los de Europa, las condiciones de vida de cada destino juegan su parte. El jugador brasileño se siente a gusto en el calor de su país y no los destinos fríos como es el caso de Alemania.
Paulinho hoy es el goleador de la Copa Libertadores. El delantero de Atlético Mineiro tiene apenas 22 años, pero ya fue y volvió a Europa. Bayer Leverkusen lo compró con solo 18 años y tras jugar apenas 79 partidos en un total de cuatro temporadas en Bundesliga, decidió retornar para tener más ritmo. Mal no le está saliendo su jugada, aunque su préstamo vence el 30 de junio y debería volver al Viejo Continente.
En Atlético Mineiro pasa algo similar con Pedrinho. El extremo derecho fue adquirido por Shakhtar en 18 millones de euros con solo 19 partidos jugados en Ucrania antes de regresar en calidad de cedido a Brasil.
Si bien es cierto que muchas veces son apuestas de inversiones a futuro y que comprar un proyecto es más económico que adquirir un jugador hecho, en Europa deberán trabajar en el contexto de los futbolistas para que no decidan volver convirtiéndose en un pésimo negocio. El Brasileirao, por el momento, agradecido.