Perdió una Champions contra Liverpool y se suicidó
Perdió una Champions contra el Liverpool y se suicidó: "No veo ninguna salida".
Perder una final en fútbol puede ser traumático para los jugadores del equipo que no se alzó con el trofeo. No obstante, quitarse la vida por perder una Champions es muy fuerte. Y existe un caso, tan triste como emblemático. El del exjugador italiano Agostino Di Bartolomei, quien no soportó el fracaso de no ganar la Orejona y tomó la peor medida.
Agostino Di Bartolomei fue un legendario jugador y capitán de la AS Roma que jugó en el equipo capitalino entre 1972 y 1984. Nacido y criado en el suburbio Tor Maranca de la ciudad capital, Di Bartolomei encontró desde muy chico una amiga eterna: la pelota. Il Capitano, como le decían, ingresó a las formativas de la Roma en 1969, a los 14 años de edad y fue amor a primera vista.
Según La Gazzetta dello Sport, Di Bartolomei era "Niño que no sonreía casi nunca. Silencioso, pero duro y decidido. Le encantaba el fútbol por encima de todas las cosas. Su ambición era siempre la misma: vivir con la pelota, vivir de la pelota". Su amor por el fútbol lo llevó a ser el primer capitán en la historia del club en ser romano, algo extraño si se quiere.
No obstante, tras muchos años jugando en el equipo le vino la prueba de fuego en la temporada numero once, en mayo de 1984: la final de la Champions League, o Copa del Europa, como se llamaba en ese entonces (Champions es desde 1993). La cita no podía ser más perfecta en la previa: el encuentro final se jugaba en el mismísimo estadio Olímpico de Roma en donde la AS Roma era locales, por esas cuestiones del destino y él, Agostino Di Bartolomei, tenía la chance de levantar la Orejona como capitán romano.
El partido del desastre
Pero todo se truncó: enfrente estaba el poderoso y copero Liverpool. Los ingleses ya había sido campeones en 1977, 1978 y 1981 y sabían lo que era jugar una final. había que ganarla, no importaba cómo. En un partido chato, de un fútbol que hoy sería difícil de mirar, Liverpool se puso arriba con gol de Phil Neal a los 13 minutos. Pruzzo pudo empatar para Roma antes que terminara el primer tiempo, pero en la segunda parte el Liverpool hizo todo el tiempo posible. Fueron a los penales y allí los Reds ganaron su cuarta Champions. Aunque mempezaron mal la serie, pues Steve Nicol erró su penal y luego el mismísimo Di Bartolomei anotó el suyo, Conti y Grazziani de la Roma fallaron.
Para Di Bartolomei fue un puñal del que nunca pudo recuperarse. Dicen que en el vestuario, inmediatamente después del partido, se peleó con el brasileño Falcao porque este no quiso patear ningún penal. Para la siguiente temporada las cosas fueron aún peor. Llegó el entrenador sueco Sven-Goran Eriksson, que en ese momento momento era un desconocido en Italia pero ya se había hecho de fama en Suecia al ganar la Copa UEFA con el IFK Goteborg en 1982 y decidió que no quería a Di Bartolomei, ya de 30 años.
El capitán, desterrado de su querida Roma, se fue a un rival directoral Milan, pero incluso reconoció que no quería: "¿Por qué me voy de la Roma? No lo sé" declaró en aquel entonces, verano europeo de 1984. En el Milan fue uno más, pese a estar tres temporadas hasta que otro entrenador de renombre, Arrigo Sacchi, llegó en 1987 y lo hecho. Terminó un año en el Cesena y más tarde en el Salernitana hasta que se retiró antes del Mundial de 1990.
El triste final
Tras el retiro, fundó una escuela de fútbol pero una serie de malas inversiones lo llevaron a la ruina económica. La mañana del 30 de mayo de 1994, justo cuando se cumplían diez años de la histórica final contra el Liverpool, Agostino Di Bartolomei decidió que era el momento justo para despedirse de este mundo. Dejó a una esposa y un hijo y una carta llena de dolor: "No veo ninguna salida. Me siento encerrado en un agujero". En sus bolsillos al momento de morir tenía una foto de su familia, una foto de un santo y la tercera era la hinchada de la Roma en la curva sur de la Roma. "Este mundo absurdo llora al campeón cuando ya no hace falta" escribió el cantautor v sobre Di Bartolomei, un campeón que se fue muy rápido.