España no le gana a Brasil ni robando: le regalaron dos penales y empataron 3-3
España no le gana a Brasil ni robando: le regalaron dos penales y empataron 3-3.
Brasil y España jugaron un atractivo partido amistoso en en estadio Santiago Bernabéu que terminó 3-3 con un agónico gol de penal de Brasil, anotado por Lucas Paquetá. Un gol que dio algo de justicia al juego, ya que parecía que España se llevaba la victoria de manera injusta, cuando le había regalado dos penales. Rodri, dos veces de penal, y Dani Olmo, dieron los goles para España, que fue un poco superior, mientras que Rodrygo, Endrick y el mencionado Paquetá los de Brasil.
Este amistoso fue excusa para combatir el racismo y la idea de disputarlo surgió tras las primeras quejas de Vinicius Jr., hace meses, luego de un partido disputado por el Real Madrid contra el Valencia CF. Vinicius Jr jugó, pero fue reemplazado a los 70 y algo de minutos, sin mucho ruido.
El árbitro fue protagonista involuntario, ya que le dio dos penales sin sentido a España, uno a los diez minutos y el segundo ya sobre el final, que fue el 3-2 que se pensó era el resultado final. España, con la ventaja temprana, empezó mejor y manejó el juego. Brasil no reaccionaba y todos pedían que saliera la histórica magia, que hoy ya no hay en la Canarinha.
Para colmo España aumentó su marcador a 2-0 con un gran gol de Dani Olmo tras una excelente habilitación de Lamine Yamal, el chico de 16 años del Barça. Eso sí, esto despertó a Brasil, que rápidamente descontó con un gol de Rodrygo.
En la segunda mitad, que se hizo larga, hubo de todo. Ingresó Endrick, el futuro jugador del Real Madrid y puso las cosas 2-2. Para ser un partido en el que no se jugaba nada se estaban dando mucho. Vinicius, que no apareció en todo el partido, dejó el campo a los 71 minutos por Douglas Luiz. Como se dijo, sobre el final vino el otro penal regalado para España, una falta inexistente a Carbajal, y La Roja se puso 3-2 y parecía que así acabaría.
Pero Brasil pudo tomarse "revancha" con una penal que sí fue falta. Lucas Paquetá, en ese momento el capitán, cobró el remate y puso las cosas 3-3. En el banco de Brasil se festejó ya que lo del segundo penal en contra había sido un trago muy amargo. El empate fue justo pero deja la sensación de que Brasil está en plena construcción y le falta mucho para llegar a ser un equipo de temer.