Portugal: la máquina de hacer millones que alimenta al mundo
El certamen luso domina la escena de negocios de la última década con números imponentes.
Diez años acertando con negocios que han dejado dividendos estratosféricos. Portugal tiene en su espalda la verdadera década ganada con un ojo clínico de sus clubes al momento de hacer inversiones con futbolistas que se terminan convirtiendo en transacciones millonarias.
De acuerdo a un informe de CIES, desde 2013 a la actualidad, la primera división lusa ha realizado, contando todos sus clubes, operaciones que han significado ganancias por 223 mil millones de euros. Es que los ingresos en fichajes se traducen entre los gastos equivalente a 158 mil millones y las ventas por 338 mil millones de euros.
El Brasileirao (153 mil millones) y la Eredivisie de Países Bajos (141 mil millones) completan el podio. La Segunda división de Inglaterra, Argentina, Bélgica, la League 2 de Francia, Austria, Croacia y la Segunda de España llenan los primeros diez lugares.
A la cabeza de los clubes más vendedores del país se encuentra Benfica, casualmente, el que ha dominado la escena en cuanto a títulos comprendiendo el período de los recientes diez años junto a Porto. La metodología se repite en ambos casos: ojo clínico para encontrar talentos emergentes (principalmente en Sudamérica) para darles un contexto propicio en Europa y luego un trampolín hacia las cinco ligas principales del continente.
Tomando los cinco casos más fuertes, Joao Félix fue vendido de Benfica a Atlético de Madrid en 127 millones (costó cero porque fue producto de inferiores), Enzo Fernández dejó 77 millones de euros de ganancia tras su venta a Chelsea, Darwin Núñez significó otros 56 millones extras al salir de Las Águilas rumbo a Liverpool, Rubén Días nació en la cantera del club y fue vendido a Manchester City en 71 millones y el mismo caso ocurrió con Goncalo Ramos tras su operación a PSG en 65 millones.
Claro que en Portugal entienden perfectamente su rol dentro de Europa y apuntan a ser una fábrica de talentos nacionales y detector de futuras joyas en países emergentes para continuar con las ganancias millonarias.
Esa política atenta contra lo deportivo y hay que mencionar a Porto como el último campeón del país en Champions League en la temporada 2002, a 21 años de esta década dorada en lo económico (suma cuatro títulos en toda la historia).
Algo similar ocurre en Europa League porque justamente en Dragón es el único en ganar dos títulos continentales (2003 y 2011) contando toda la historia del segundo certamen en importancia.
Esa postura de los clubes es entendible porque no hay manera de retener a los jugadores que brillan en su torneo. Los propios futbolistas ven que Portugal es una liga de tránsito para poder dar el gran salto hacia las cinco principales competencias europeas. En lo económico es imposible y la seducción deportiva termina de hacer el resto. Los directivos, por lo reflejado en los números, lo tienen bastante claro.