"Yo fui mejor que Cristiano, Real Madrid no me valoró"
Increíble pero real
Robinho, llegó al Real Madrid con el cartel de estrella, proveniente del Santos, donde había sido varias veces campeón y figura. El brasileño llegó al club español por las constantes comparaciones con Pelé y porque aparecía como un futbolista rápido, habilidoso y goleador. Sin embargo, una vez en Real Madrid nunca pudo mostrar toda su habilidad en el equipo y lo terminaron vendiendo para juntar dinero. El objetivo era Cristiano Ronaldo.
Hoy, con los resultados a la vista, el Real Madrid tomó la decisión correcta. Sin embargo, en 2009 cuando se produjo el desenlace, Robinho no soportó la actitud de la directiva del Real Madrid y en una entrevista con el diario Marca, estalló: "No lo voy a perdonar, en el Madrid no podía ser el mejor del mundo. Tenía calidad de sobra para ser titular y a veces ni jugaba".
En esa misma línea, Robinho agregó: "Respeto mucho a Cristiano (Ronaldo), pero es inaceptable que quisieran negociar conmigo. Luego, cuando sus intentos de fichaje se vinieron abajo, quisieron cambiar de opción y me dijeron que yo era muy importante. Pero mi cabeza ya no estaba en el Madrid".
Para cerrar, Robinho remarcó: "Los brasileños no lo tenemos fácil cuando llegamos a Europa. Los jugadores de allí se pueden sentir un poco celosos porque los brasileños tenemos fama de buenos futbolistas".
Robinho aterrizó en Real Madrid tras pagar 30 millones de dólares al Santos y siendo una compra impactante para esa época. Luego jugó tres temporadas en Real Madrid, disputando un total de 137 partidos y anotando 35 goles. Luego de ello, el Manchester City pagó 42 millones de euros por su traspaso, ubicándose como la compra más cara de la historia del club Ciudadano aunque eso iba a ser el principio del proyecto árabe.
A partir de ese momento su carrera se fue diluyendo poco a poco: tuvo varios regresos al Santos, estuvo en el Milan, en el fútbol asiático, en Atlético Mineiro y en Turquía. Lo cierto es que Real Madrid terminó acertando al venderlo y hacerle lugar a un Cristiano que llegaba para arrasar con todo.