Se rompió todo hace 2 años y ahora vuelve a jugar en el PSG
Se rompió todo hace 2 años y ahora vuelve a jugar en el PSG.
El fútbol, en ocasiones, pone a prueba la resistencia mental y física de sus protagonistas de maneras que pocos podrían imaginar. Este es el caso de Presnel Kimpembe, el defensor francés del Paris Saint-Germain, quien está a punto de escribir el capítulo final de una de las historias de superación más significativas en el fútbol reciente. Después de casi 24 meses alejado de los terrenos de juego, el internacional galo podría hacer su esperado regreso este miércoles en un encuentro de Copa de Francia contra el Espaly.
La pesadilla comenzó aquel fatídico 26 de febrero de 2023, cuando Kimpembe sufrió una ruptura del tendón de Aquiles que marcaría el inicio de un periodo de pruebas, dudas y rehabilitación constante. "Es la peor lesión que puede sufrir un futbolista, incluso más grave que los ligamentos cruzados", confesó el defensor en una reciente entrevista, donde sus palabras revelaban tanto el dolor del pasado como la esperanza del presente.
La travesía hacia la recuperación ha estado marcada por altibajos emocionales y físicos. "Nunca en mi vida habría pensado estar un año y medio, incluso dos años sin jugar", admitió Kimpembe, cuya determinación nunca flaqueó a pesar de las voces que lo daban por acabado. "Algunos me veían como terminado, pero yo sabía que volvería", afirmó con la convicción de quien ha librado una batalla interna día tras día en el gimnasio y en las sesiones de rehabilitación.
El papel del cuerpo técnico del PSG, especialmente de Luis Enrique, ha sido fundamental en este proceso. El técnico asturiano, conocido por su meticulosidad y gestión prudente de los jugadores que regresan de lesiones graves, ha manejado la situación con particular cuidado. "Después de hablar con Presnel para ver si se siente preparado para jugar, las sensaciones son muy positivas", comentó el entrenador en su última rueda de prensa. "Durante el último mes ha podido entrenar con normalidad junto al equipo, y lo que veo en los entrenamientos me indica que está listo para aportar".
El momento elegido para su regreso no podría ser más propicio. El partido de octavos de final de la Copa de Francia contra el Espaly en Clermont se presenta como la oportunidad perfecta para que Kimpembe vuelva a sentir la adrenalina de la competición. La ausencia del capitán Marquinhos abre un hueco en la defensa que el francés podría ocupar, aunque desde el club insisten en mantener la cautela con su reintegración gradual al equipo.
El regreso de Kimpembe representa más que la simple vuelta de un jugador tras una lesión. Para el PSG, significa recuperar a uno de los últimos representantes de la cantera parisina en el primer equipo, un defensor que ha demostrado su valía en las más altas esferas del fútbol europeo. Su presencia fortalecerá las opciones defensivas de Luis Enrique, quien ganará un efectivo más en su búsqueda por los títulos domésticos y europeos.
La historia de Kimpembe sirve también como testimonio de resiliencia en el deporte profesional. "¿Si pensé en dejar el fútbol? No, nunca", declaró el defensor, cuya mentalidad inquebrantable ha sido clave en su recuperación. Sus palabras resuenan como un mensaje de esperanza para otros deportistas que enfrentan lesiones graves, demostrando que la paciencia y la determinación pueden superar incluso los obstáculos más desafiantes.
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Mientras el PSG se prepara para el encuentro copero, la expectativa crece en la capital francesa. Los aficionados parisinos aguardan el momento de ver nuevamente a su número 3 defendiendo los colores del club, esta vez con una historia de superación a sus espaldas que engrandece aún más su figura. El regreso de Kimpembe no solo fortalecerá la plantilla del PSG, sino que también servirá como recordatorio de que en el fútbol, como en la vida, la perseverancia y la fe en uno mismo pueden vencer cualquier adversidad.
La pregunta que ahora flota en el ambiente del Parque de los Príncipes es si este miércoles marcará finalmente el fin del calvario de Kimpembe. Las señales son prometedoras, y tanto el cuerpo técnico como el jugador parecen convencidos de que el momento ha llegado. Solo el tiempo dirá si este capítulo oscuro en la carrera del defensor francés quedará definitivamente en el pasado, pero una cosa es segura: Presnel Kimpembe regresa más fuerte, más sabio y más determinado que nunca.