Tiene contrato hasta 2030, pero quiere irse ya del Real Madrid
Tiene contrato hasta 2030, pero quiere irse ya del Real Madrid.
Nunca hay que pasar por alto los detalles ocultos en los contratos, y en este caso no es la excepción. La renovación de Andriy Lunin hasta 2030 en Real Madrid no fue exactamente lo que parecía. Aquella imagen del guardameta firmando con una sonrisa (o lo más cercano a una en su caso) escondía un trasfondo más estratégico que romántico. En realidad, el acuerdo buscaba evitar que el jugador se marchara sin dejar compensación económica, algo que el propio ucraniano aceptó. Su contrato original venía en 2025, y el Madrid no podía permitirse perderlo sin retorno. La solución fue una extensión, pero sin garantías de permanencia absoluta. La puerta sigue entreabierta. Y el club, por si acaso, ya tiene un plan alternativo: Kepa.
Por ahora, Lunin no busca activamente una salida. Sigue entrenando, compitiendo con Courtois cuando puede y aprovechando cada oportunidad que se le presenta. Sin embargo, no descarta escuchar ofertas. Su renovación no fue un compromiso inquebrantable hasta 2030, sino más bien una solución temporal. De hecho, en 2023 el club estuvo a punto de traspasarlo, pero la lesión de Courtois lo cambió todo. Un año después, en 2024, el Chelsea estuvo cerca de ficharlo, pero el acuerdo no se materializó. Lunin conoce el mercado, y el Madrid sabe que su futuro no está escrito.
Andriy Lunin
El factor Courtois y la incertidumbre
Lunin renovó con la esperanza de que, tarde o temprano, Courtois dejaría espacio en la portería. Pero la realidad es distinta: el belga, a sus 32 años (33 en mayo), sigue siendo intocable y planea renovar este verano. Como portero, podría incluso recibir una oferta por más de una temporada. Esto deja a Lunin en una posición complicada: ¿aceptar un papel secundario o buscar protagonismo en otro club? El Madrid lo entiende y no pondrá obstáculos si surge una buena oferta.
Desde que Lunin fichó con Jorge Mendes en 2024, se interpretó como un movimiento hacia una posible salida. La relación entre el agente y el Madrid no es precisamente fluida, lo que añade otro factor a la ecuación. Si el ucraniano decide irse, el club no lo retendrá a la fuerza, pero tampoco lo regalará.
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Si Lunin se va, el Madrid ya tiene un reemplazo en mente: Kepa. El español dejó buena impresión durante su etapa anterior y sigue siendo la opción preferida para competir con Courtois. Es un fichaje que encajaría sin problemas.
Quedarse significaría alcanzar una década en el Madrid (contando sus cesiones), pero también resignarse a un papel secundario. Marcharse, en cambio, podría darle más protagonismo... mientras el club activa su plan B. El tiempo tendrá la última palabra.
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