Xabi Alonso devastado: su reacción tras quedar afuera de la Copa de Alemania.
Debacle del Bayer Leverkusen en la Copa Alemana. Y es que el mismo Xabi Alonso lo había advertido: la Pokal (como se le dice a la Copa de Alemania) es una competición impredecible. Y el martes se escribió uno de los capítulos más asombrosos de su historia. El Bayer Leverkusen, campeón defensor bajo la dirección del técnico español, visitaba al humilde Arminia Bielefeld de tercera categoría buscando su cuarta final en apenas un año. Parecía un trámite tratándose de semifinales. Sin embargo, la Copa alemana, con su formato de eliminación directa a partido único, tiene sus propias reglas, y Xabi acabó experimentándolas en carne propia.
El equipo de Westfalia, en una exhibición de entrega y pasión, remontó un 0-1 ante el actual campeón del doblete alemán para imponerse 2-1 y asegurar el pasaje a la primera final de copa en toda su historia.
"Arminia Bielefeld":
— ¿Por qué es tendencia? (@porquetendencia) April 1, 2025
Porque eliminó al Bayer Leverkusen y avanzó a la final de la #DFBPokalpic.twitter.com/rjPcSnNQTJ
El Bielefeld llegaba tras eliminar a tres equipos de la Bundesliga (Friburgo, Union y Bremen) en la Pokal, y Xabi, todavía afectado por la ausencia de Wirtz, estaba prevenido. Por eso, el entrenador apostó por Palacios en lugar de Tella por delante del doble pivote formado por Xhaka y Andrich, buscando controlar el mediocampo frente a un Bielefeld respaldado por un SchücoArena completamente lleno. Unidos, lograron lo que pocos hubieran imaginado: neutralizar al Leverkusen.
El equipo de Kniat, con disciplina y esfuerzo, consiguió interrumpir el juego de un Leverkusen que recurrió a una jugada ensayada para adelantarse. Grimaldo ejecutó un córner al primer palo, donde Adli prolongó el balón hacia el segundo, permitiendo a Tah marcar sin oposición. El estadio enmudeció, pero solo por dos minutos. Un pase largo de Schneider a espaldas de Frimpong sorprendió a la defensa visitante, Oppie centró y Wörl desató la euforia tras un despeje fallido de Hincapié. Y no quedó ahí: en el tiempo añadido del primer tiempo, Grosser se escapó del desafortunado Hincapié en un tiro libre y adelantó al Bielefeld.
El rostro de Xabi reflejaba incredulidad. Era momento de realizar cambios. Introdujo a Boniface por Palacios para apoyar a Schick en ataque, pero el nigeriano también se encontró con unos guerreros blanquiazules que intuían que podría ser el partido de sus vidas. Corrieron más que el Leverkusen. Lucharon más. Pero lo más impresionante fue que lo hicieron sin desorganizarse, impidiendo a un Leverkusen lento y espeso por momentos incluso cruzar la mitad del campo. Un cabezazo al poste de Schick fue lo único destacable en un segundo tiempo donde el Bielefeld incluso pudo anotar el tercero con un disparo de Grodowski que se marchó fuera. No importó cuando el árbitro señaló el final, haciendo realidad un sueño para unos y una pesadilla para Xabi.