El día que Cruyff se reveló y abrió la guerra contra Adidas
El crack de Países Bajos tuvo un cruce con su selección y con la marca alemana en el Mundial de 1974.
Mucho antes del boom de las marcas y la globalización que hoy conocemos, hubo un caso que se adelantó en el tiempo vinculado al patrocinio. Johan Cruyff fue el protagonista en un triángulo que tuvo a Holanda-Adidas y una historia que es llamativa incluso en este presente.
En la década del 70' comenzó la guerra de las marcas mundiales con un duelo particular entre los hermanos Dassler. Adolf y Rudolf se enfrentaron fervientemente por las esquirlas de la Segunda Guerra Mundial. El primero, apoyando al Nazismo, fue perseguido tras el cese del conflicto bélico. De ahí, el resquemor con su hermano, quién no era entusiasta con ese oscuro nacionalismo.
La empresa Dassler derivó en Adidas (Adolf) y Ruda (luego denominada Puma), empezando a medirse ahora en el mercado, en un enfrentamiento que superó las diferencias familiares.
¿Qué tiene que ver Johan Cruyff en esta historia? El crack neerlandés era la figura del momento en los dorados años 70 y se preparaba para jugar la primera Copa del Mundo de su dorada carrera. El escenario fue, justamente, Alemania, casa de las marcas en cuestión.
El conflicto con el jugador se originó porque su país vestía Adidas y la figura se negó a usarla por su vínculo contractual de Puma. Su primera decisión fue la de no lucir las tres tiras, algo que la marca descartó por completo.
La respuesta de Cruyff fue con la amenaza de no ir al certamen, lo que encendió las alarmas en la Naranja Mecánica, viendo la posibilidad de perder al director de orquesta de un equipo que prometía pelear el campeonato.
Tras idas y vueltas, Adidas cedió y llegó al acuerdo de quitarle una línea a la camiseta número 14 que portó Johan. Al principio, el hecho pasó desapercibido en un mundo en el que las únicas redes eran las de los arcos. Aunque la novedad no tardó en ramificarse hasta volverse noticia.
El resultado deportivo, además, tuvo a una Holanda protagonista que llegó a la final del torneo. En el mano a mano por el oro, fue derrota ante la Alemania localista por 2 a 1, resultando un triunfo simbólico de Adidas por sobre el desplante de un Cruyff emparentado a Puma.
Ese sería el principio de una rebeldía por parte del símbolo neerlandés, quién cuatro años más tarde sí se bajaría de la edición de Argentina 78. En ese entonces no fue por un tema de marcas sino algo mucho más grave: no fue a la competencia por la fuerte Dictadura que regía en el país sede, en una larga lucha que tuvo por los Derechos Humanos.
Hay dos casos más similares en la carrera de la gloria naranja: cuando vistió la camiseta de Los Ángeles Aztecs de Estados Unidos no puso ningún reparo en vestir Adidas.
En cambio, cuando dirigía en Barcelona se empecinó en lucir su propia marca y no Kappa, quién vestía al club. José Luis Núñez, presidente de aquél entonces, cansado de la insistencia de Johan por no llevar la marca deportiva del club, tuvo que mediar con la firma italiana, para que dieran su consentimiento.