Caffaratti: "El primer Messi" del Barcelona
Si bien sólo llegó a jugar para el Barcelona 22 partidos entre oficiales y amistosos, Florencio Caffaratti bien puede ser considerado "el primer Messi" del fútbol español: no sólo inauguró la lista de futbolistas formados en la Argentina que jugaron para el Barcelona al llegar allí en 1948, sino que ese mismo año se convirtió en el primero en salir campeón en España.
Nacido el 3 de mayo de 1915 en la provincia de Santa Fe al igual que La Pulga y con un breve paso en sus inicios por Newell's -aunque no en infantiles como Leo sino en la segunda división-, Caffaratti ayudó al Barça a ganar las ediciones 1947-48 y 1948-49 de la Liga como un típico "diez" sudamericano, por lo que lo apodaron "El Mago del Balón".
Ello le valió ser invitado en 1999 a los festejos por el Centenario del club, en los que sus ex compañeros lo reconocieron como a un verdadero maestro en el arte de gambetear rivales y dejarlos de cara al gol con habilitaciones muy precisas. Además, en su primera temporada en el fútbol hispano (la 47-48) acumuló un brillante registro de seis goles en seis partidos jugados.
¿Por qué no jugó más en el Barcelona? Muy simple: en la fecha 24 de esa Liga 47-48, un rudo defensor del Espanyol de apellido Casas descargó con él su ira por el 5-1 al que "Caffa" estaba contribuyendo en el derby catalán, produciéndole una seria lesión de rodilla de la que nunca pudo recuperarse del todo.
Eso lo hizo regresar en 1949 a México, donde había sido gran figura en el América. Fue también el primer argentino en jugar en ese club, al que llegó a fines de 1943 luego de destacarse en la Argentina con las casacas de Vélez (club al que fue llevado por un oficial de la Marina mientras hacía el servicio militar), River y Banfield.
Su ida desde Banfield al América trajo polémica en su momento, ya que la liga mexicana no contaba con afiliación a la FIFA y por eso sus clubes se "robaban" por entonces a futbolistas argentinos sin pedir su pase a la entidad donde jugaban. Incluso, los dirigentes del Taladro lo acusaron de fugarse llevándose consigo los botines que le habían dado para cobrarse una deuda que mantenían con él. Sin dudas, tiempos muy distintos a estos de Messi.
Por Esteban Bekerman, director de Entre Tiempos