Barcelona gesta al defensa central del futuro
Pau Cubarsí irrumpió en escena con la camiseta de Barcelona y su futuro es incalculable. Bienvenido a la elite.
Cada vez que aparece un talento con proyección que ilusiona es motivo de celebración. Por eso, bienvenido, Pau Cubarsí, te estábamos esperando con ansias y ojalá llegues para quedarte.
La elite del fútbol internacional parece ser el destino que le depara a este jovencito de apenas 17 años que juega como un consagrado. Sus compañeros se deshacen en elogios con sus condiciones, si hasta Joao Cancelo lo denomina Beckenbauer.
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La historia de Pau se remonta a sus inicios en un pequeño pueblo llamado Bescanó. De esos 190 habitantes que lo nutren, uno es el central al que todos ven como el futuro pilar de Barcelona y de España.
De familia de carpinteros, Pau pudo seguir con el legado de cuatro generaciones, pero siempre estuvo seguro que lo que adoraba eran los deportes. Así, papá Robert le inculcó desde niño el ambiente sano ligado a la actividad, combinando fútbol y básquet en sus inicios.
A pocos kilómetros del pueblo, fue Girona su primer club en el fútbol de base, pero duró poco: con 15 años, dio el salto de su vida para llegar a La Masía, donde se ganó un lugar de privilegio por sus condiciones desde el día 1.
Capitán y referente de todas las divisiones que integró, fue ejemplo desde el silencio y la sencillez de sus compañeros. Barcelona y la Selección de España han sido sus dos lugares en el mundo, transitándolos con una naturalidad asombrosa que marca su madurez pese a no cumplir con la mayoría de edad.
Xavi Hernández no dudó en hacerlo debutar y claro que al entrenador le trae gratos recuerdos por sus formas. Si bien Pau tiene como espejo a Carles Puyol, por lo que significa el peso de su figura, sus formas son mucho más técnicas que la de Tarzán.
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De 1,84 y con aptitudes, debido a su buen pie, de poder jugar en la zaga, de lateral o hasta de medio centro. Es más, a varios de La Masía le recuerda más a Busquets por ese pie fino que a cualquier central del club.
Con apenas 9 partidos, su futuro es incalculable. En el Culé (y en España) sonríen de oreja a oreja sabiendo que tienen entre manos a un central que tiene pasta de ser crack y la idea será darle el contexto para que pueda desarrollar todo lo que insinúan sus condiciones.