Emocionante: sueña con ser futbolista profesional y vende galletas para lograrlo
Un nene vende galletas en un semáforo en el sur de Cali para pagar la escuela de fútbol.
El fútbol es un maravilloso deporte que nos deja historias que son increíbles de contar. Llegar a ser futbolista profesional conlleva un largo camino en su formación del que muchos desconocen. Largas horas de entrenamiento, sacrificar momentos con seres queridos, son algunas de las cosas que se deben hacer para lograr el ansiado sueño. Incluso, la situación es más complicada en algunos casos, pero con el objetivo bien en claro se hace lo que sea por lograrlo. Como este peque colombiano, que vende galletas en las calle de Cali para pagarse la escuela de fútbol y así poder cumplir su sueño de convertirse en futbolista profesional.
Vestido todavía con su indumentaria de entrenamiento del Deportivo Cali, se lo puede ver al niño vendiendo galletas en los semáforos de Cali, Colombia. El usuario que graba el video se muestra emocionado por lo que está viendo y pide apoyo para el chico.
Aunque genere muchísima emoción, la historia de este pequeño no es algo nuevo en el fútbol. Varios son los casos de jugadores que tuvieron que dividir sus horas de entrenamientos con el trabajo en sus etapas de formación para ayudar a sus familias, pero sin dejar atrás el ansiado sueño de convertirse en futbolistas profesionales.
Frank Fabra, lateral de Boca Juniors y de la Selección de Colombia contó hace un tiempo: "Cuando tenía 12 o 13 años, vendía hojaldras en la calle. Son unas galletas de maíz, tostadas, que gustan mucho en mi pueblo. Mi abuela las hacía, y yo las vendía para ayudar a mi familia, apoyarlos un poco. Además, iba a pescar para comer".
Otro futbolista sudamericano, Richarlison, habló hace tiempo sobre su época en que la vida no le sonreía como hoy: "Mi infancia fue muy pobre. Desde pequeño veía a mis padres trabajando todo el día y todos los meses era difícil tener suficiente dinero para llegar al mínimo. Entonces, trabajé desde chico vendiendo golosinas, helados o café para ayudar en casa y trabajaba en el campo para ayudar a mis padres".
Ojalá la historia de este pequeño vendedor de galletas en las calles de Cali, Colombia, termine con un gran final como las de Frank Fabra y Richarlison, y que finalmente, el gran esfuerzo para poder asistir a sus entrenamientos, le permite lograr el ansiado sueño de convertirse en futbolista profesional.