Compraron árbitros y rivales, ganaron varias ligas y los descendieron
El Olympique Marsella de comienzos de los 90 fue uno de los equipos más ganadores de Europa, pero detrás había mucha mafia
Por la obtención de la UEFA Champions League, 1993 fue el año más importante en la historia deportiva del Olympique Marsella, pero también fue el año que marcó un antes y un después en su historia financiera y económica.
Aquel 26 de mayo, el club francés levantó su primera Orejona, la única que logró el fútbol galo desde 1956, ya bajo el actual formato y nombre. La dirección técnica de Raymond Goethals y el gol de cabeza de Basile Boli le dieron la victoria por 1 a 0, y el título, sobre el Milan en el Estadio Olímpico de Múnich.
Sin embargo, este hito futbolístico no pudo haber sido posible sin el empresario y cantante Bernard Tapie, quien compró la institución para transformarla en una de elite en 1986. Esta adquisición se dio luego de épocas duras y difíciles para el Olympique Marsella, debido a que, previo al ascenso a la Ligue 1 en 1985, había descendido en 1980 a la Ligue 2 y, por cinco años, sufrió una enorme inestabilidad organizativa y económica.
Tras los momentos negativos, la llegada de Tapie trajo consigo, además de una fuerte inyección de dinero, el arribo de Enzo Francescoli y Rudi Völler, entre otras estrellas. Y los títulos no se hicieron esperar: cuatro ligas consecutivas y la mencionada Champions League en 1993.
Pero el punto de inflexión llegó para mal aquella temporada (1992/1993): a un triunfo de distancia de obtener la quinta liga seguida, el partido ante Valenciennes FC por la fecha 36 resultó el inicio de episodios turbulentos para el combinado galo.
A pesar del triunfo 1-0, lo importante de aquella jornada fue el retiro de Christophe Robert (Valenciennes) en medio del primer tiempo por una supuesta lesión. Pero la verdad comenzó a aparecer cuando, en el entretiempo, su compañero Jacques Glassmann le advirtió a su entrenador Boro Primorac que Jean- Eydelie, del Olympique Marsella, le ofreció plata a cambio de hacer un mal partido y no lastimar a nadie de su equipo de cara al compromiso contra el Milan.
Y la verdad salió a la luz: poco tiempo después del duelo ante Valenciennes FC, se supo que Jorge Burruchaga y el propio Christophe Robert aceptaron ser sobornados con 250.000 francos. Tras confesar, tanto él como Burruchaga no pudieron jugar por dos años en Francia, debido a que la justicia francesa abrió el caso en junio de 1993. Gracias a esto, el presidente Tapie resultó condenado en 1994, obligado a renunciar a su club y reemplazado por un nuevo comprador llamado Robert Louis-Dreyfuss.
Recién en 1995, otro directivo, Pierre Berners, reveló que Olympique Marsella invirtió, en aquellos años, seis millones de francos en compra de árbitros, partidos y fármacos para drogar a sus rivales.
Dicha confesión pública desembocó en distintos castigos: el descenso del Marsella a la Ligue 2 por oficio, la quita de la liga conseguida en la temporada 1992/1993, la ruptura de contratos millonarios con la cadena televisiva TF1, venta de jugadores para solventar gastos y la suspensión de toda competición UEFA por un año.
Por último, lo más curioso de este escándalo resultó ser que Tapie nunca fue olvidado ni odiado por la hinchada del conjunto francés, sino todo lo contrario: más allá de su muerte por cáncer en París en octubre de 2021, hoy en día lo siguen idolatrando y recordando gracias a la época dorada a nivel deportivo que "Los Olímpicos" vivieron.
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