Análisis: Las diferencias entre un Real Madrid aceitado y un Barcelona en formación
El Real Madrid le ganó bien el clásico al Barcelona, y la principal razón es que uno sabe a lo que juega desde hace mucho, el otro todavía está buscando
Un equipo consolidado y otro en formación. Esa es la frase para comenzar a explicar qué ocurrió en el clásico de España que se dejó, con amplia justicia, el Real Madrid. De un lado, la máquina aceitada de Ancelotti, del otro, el Barcelona de Xavi Hernández todavía en gestación, con un montón de buenas intenciones pero en camino de ser.
Tener una estructura te permite no resentirla ante una baja de peso: Casemiro decidió mudarse a Inglaterra y Tchouameni se asentó como si llevará años con la camiseta Merengue. Del Real Madrid campeón de Europa a éste solo se dio esa modificación, para muchos clave.
En frente Barcelona, que trata de ensamblar todas sus caras nuevas. Son cuatro de once porque Koundé y Eric García casi que se están conociendo, porque Balde descubrió lo que es un clásico de esta magnitud en primera y porque la delantera tiene dos tercios de renovación con los ingresos de Lewandowski y Raphinha.
Es más, Koundé-Garía compartieron zaga por primera vez en la temporada, zona en la que Xavi ya utilizó seis duplas en nueve fechas: Christensen-García, Araujo-García, Araujo-Piqué, Piqué-Christensen y Piqué-Alonso. Koundé, hasta el momento siempre lateral derecho, se corrió al centro tras la grave lesión de Araújo.
Ancelotti cambió su fetiche 4-3-3 por un 4-2-3-1 con Modric de enganche a la espalda de Busquets, que se descompaginó. Kroos en el eje con Tchouameni y los aviones de Valverde-Vinicus por las bandas. En la marca, presión alta con el alemán sobre De Jong y el croata sin dejar respirar a Busquets. Así, Barcelona tuvo cortados sus circuitos de juego y la fluidez no funcionó nunca. Barcelona era pelotazo para alguna patriada de Lewandowski. No mucho más. La posesión la tuvo el equipo de Xavi (57 a 43%) y el dominio del partido fue del Real Madrid.
Ni De Jong ni Pedri pudieron ayudar a los laterales Sergi Roberto y Balde en la transición defensiva, que jugaron mano a mano contra los veloces Vinicius y Valverde. Justamente, los dos fueron los que provocaron los primeros goles del Madrid. En el tanto que rompió el marcador, Kroos superó a De Jong y metió un pase filtrado entre Sergi Roberto (basta de ponerlo de lateral) y Koundé. Defensa en línea marcado casi en mitad de cancha, show campo traviesa para la carrera del wing brasileño.
El segundo, otra vez con Vinicius aprovechando un despeje erróneo de Eric García (volvió a tener el bajo nivel de comienzo de temporada) aguantó para la llegada de Tchouameni, toque afuera para Mendy, centro a la puerta del área para el control y la definición del uruguayo.
Los cambios del complemento le dieron una bocanada de aire fresco al Culé. Bien Ferrán Torres y poco tiempo después, Ansu Fati. De hecho, así llegó al descuento (corrida magistral del 10 y definición del 11) y hasta pudo empatarlo en el final pero no estuvo fino. Ancelotti demoró el trámite con las modificaciones pieza por pieza y en una de esas variantes, un Rodrygo fresco hizo la de Vinicius: Eric García se lo llevó puesto para el penal casi con tiempo cumplido.
La victoria le permite al Real Madrid subirse a la cima de la tabla en soledad con 25 puntos, justamente, tres unidades por arriba de su clásico rival pero más allá de la diferencia en la cifra, la principal ventaja más que la estadística son los equipos: el consolidado prima por sobre el que está en transición. Veremos en la ronda de vuelta.