La paliza táctica de Ancelotti al Cholo Simeone en la victoria clásica
El Real Madrid dominó gran parte del partido, el Cholo Simeone reaccionó tarde, las claves del triunfo de los dirigidos por Ancelotti
Real Madrid se quedó con el derby madridista ante Atlético de Madrid por 2 a 1 y sigue marchando a paso firme en este comienzo de Liga con puntaje perfecto producto de seis victorias en seis juegos. En el clásico hay un pleno enorme de Carlo Ancelotti que planteó un partido perfecto en la pizarra que sus dirigidos supieron llevar a cabo en el campo de juego. Enfrente Simeone, plagado de errores, sin dudas el punto clave del encuentro.
El DT argentino se enamoró de una línea de tres defensores que no le viene dando resultado y la tabla lo refleja: séptimo, con tres ganados, uno empatado y dos perdidos. Las tres veces que apostó a ese sistema defensivo en el torneo no pudo ganar: derrotas con el Merengue y Villarreal más el empate ante Real Sociedad.
Contra el Real Madrid lo hizo de vuelta, en un suicidio defensivo. Tres centrales, empecinado con Witsel de libero, contra los tres aviones que son Vinicius, Rodrygo y Valverde. Jugar mano a mano ya era caótico pero lo más grave estuvo en los laterales-volantes porque ni Carrasco ni Llorente sienten la marca y el Real explotó ese talón de Aquiles al máximo.
Los dos goles fueron un fiel reflejo: el primero, con un pase fuori class de Tchouameni para Rodrygo entre Felipe y el falso lateral Llorente. No hay lectura del 14 Colchonero para entender la jugada y el retroceso es pésimo, más allá de la virtud en la asistencia del francés.
El segundo tanto es aún más grave: porque Felipe sale lejos a la derecha casi en mitad de cancha, y entre él, De Paul y Llorente hay una descoordinación de coberturas y relevos en falso que descompaginaron la defensa. Es cierto que la doble pared entre Modric y Vinicius es perfecta pero hay contribución fuerte rojiblanca. Para colmo, ya con el brasileño lanzado a la carrera contra Oblak, Witsel jamás cierra su línea de remate y vuelve en línea directa hacia el arco. La escena de terror la complementa Carrasco, que jamás retrocede y ante el rebote en el poste tras la definición de Vini, Valverde llega con el arco libre para marcar el tanto.
Ancelotti hizo todo perfecto y eso que no contó con Karim Benzema, su principal figura. Sin la presencia del francés, tres rápidos arriba, sin nueve de área para no fijar a los centrales, que jamás tuvieron referencia. Rodrygo de falso nueve, flotando por todo el frente de ataque y los rayos de Valverde y Vinicius a espaldas de Carrasco y Llorente fueron letales. Mientras, Molina y Hermoso, laterales de oficio, miraban de afuera.
El triple cinco tampoco se logra entender. De Paul-Kondogbia-Koke se superponen, terminando en barullo y falta un generador nato de juego, como puede ser Ángel Correa o el propio Griezmann de enlace, como hace en Francia.
En el complemento, Simeone cambió: adentro Morata y Acunha por Félix y De Paul para desarmar la línea de cinco volantes y jugar 3-4-3. El ajuste de Hermoso por un desconocido Carrasco terminó de afinar la máquina, pero fue tarde. Del otro lado, la respuesta de Carletto: adentro Rudiger por Mendy, amonestado para armar el cerrojo defensivo, con un Courtois que cada vez que lo exigen, responde. No mucho más, después, ya con cinco por jugar cambios para consumir el reloj.
Mientras el Real Madrid de Carlo Ancelotti se aferra a su idea que tanto resultado le dio y desfila en Liga y Champions, el Atlético de Madrid del Cholo Simeone comenzó el año con un sistema que no le da rédito y no acepta cambiar. Aún está a tiempo de tomar cartas para enderezar un torcido rumbo. Veremos si su orgullo se lo permite.