Los millones de Brasil quebraron Sudamérica para volverla una monarquía
Con el título de Fluminense, los brasileros se adjudicaron seis de las últimas siete Libertadores. Un dominio basado en el plus económico.
Si al talento innato de los jugadores de Brasil se le suma una inyección enorme en lo económico el resultado es arrollador. Los elencos del gigante sudamericano han convertido a la parte sur de América en una monarquía absoluta que no da lugar a ningún golpe deportivo de estado.
La reciente consagración de Fluminense ante Boca Juniors en el mismísimo Maracaná acentúa la teoría. Con el título del Flu ya son seis campeonatos para los brasileños de los últimos siete en juego, siendo River Plate el único que pudo romper con esa hegemonía. De esos, cinco son de manera consecutiva.
Gremio gritó campeón en 2017, ahí llegó la mencionada conquista del elenco Millonario de Argentina en 2018, Flamengo se adjudicó 2019 y 2022, mientras que Palmeiras ganó las ediciones de 2020 y 2021.
Hasta está irrupción, Argentina marcaba el pulso continental con 25 títulos a lo largo de su historia, pero el sprint final recortó a los elencos de Brasil que ya suman 23.
El resto viene muy de atrás: Uruguay (8), Colombia y Paraguay (3), Chile y Ecuador (una cada una). Es más, en los últimos 20 años, solo cuatro equipos del resto pudo subirse al primer lugar del podio: Olimpia (2002), Once Caldas (2004), Liga de Quito (2008) y Atlético Nacional (2016).
La inyección económica que ha tenido Brasil le dio un salto de calidad impresionante. Los seis equipos que participaron en esta edición de la Libertadores tienen un valor de mercado más elevado que los 26 clubes restantes juntos, sumados Boca y River Plate.
Haciendo foco en el reciente campeón, solo basta con recorrer su nómina que tiene nombres de peso: Marcelo, Ganso y Felipe Melo son tres íconos históricos que manejaron el vestuario desde su experiencia y jerarquía. Pero después hay apellidos como André, Arias, Cano, Nino o Marlom que también son costosos para tratarse de fútbol sudamericano. Es más, su entrenador Diniz ahora es el interino de la Selección de Brasil, como si Lionel Scaloni dirigiese a Boca o River.
Palmeiras y Flamengo son los dos casos ejemplares del poderío económico. El Verdao tiene un valor de mercado de su plantel de 160 millones (el más caro de Sudamérica) y cuenta con nombres de peso como Gustavo Gómez, Piquerez, Gabriel Menino, Raphael Veiga, Artur o Endrick y un entrenador internacional como el portugués Ferreira.
El Fla no se queda atrás: 159 millones marca su valor de plantilla (Transfermarkt) y los apellidos de Gerson, De Arrascaeta, Everton Ribeiro, Bruno Henrique, Pedro o Gabigol le dan un plus ante los equipos de los restantes países.
Pero además hay que hablar de cracks sudamericanos que deciden regresar para jugar el Brasileirao: Luis Suárez lo hizo en Gremio, Arturo Vidal en Atlético Paranaense o Hulk en Atlético Mineiro. Jugadores imposibles desde lo económico para los demás clubes que compiten en Libertadores.
La divisa nacional se ha robustecido y eso es un punto clave al momento de afrontar las operaciones: mientras que un dólar equivale a 4,90 reales, el peso argentino se devalúo catastróficamente y cotiza a 394 por cada una divisa norteamericana. Si bien sería la única liga en condiciones de poder seducir en lo deportivo, lo económico la deja fuera de la discusión.
Brasil tiene el plus de contar con varios equipos candidatos en cada edición y a las pruebas remitimos: del 2010 a la actualidad, ganaron Gremio, Flamengo, Palmeiras, Fluminense, Santos, Inter, Atlético Mineiro y Corinthians. Así, costará poder romper con una hegemonía que pinta para larga, en un panorama que parece que se repetirá en los próximos años si la situación económica de los demás países competidores no despega.