River, Boca y Racing empezaron a mostrar su arsenal
Nueva columna de Ariel Senosiain, donde analiza las herramientas que tienen River, Boca y Racing para afrontar el torneo local.
Sería un fracaso deportivo que no peleen el torneo hasta el final. Están armados para ganar un campeonato, incluso una Copa. No pueden decepcionar. Los tres tienen suficiente material como para prenderse en la lucha y no bajarse más. Se trata de River, Boca y Racing. Cada uno con sus matices, claro.
Ahora que cuenta con refuerzos, Marcelo Gallardo no necesita esperar que su equipo juegue mal para disponer de tres cambios simultáneos, algo que generalmente realiza un entrenador como un volantazo. Hoy lo puede hacer simplemente para acentuar el dominio y, por qué no, para amedrentar al rival cuando este se la rebusca para estirar el empate y de repente ve que ingresa un malón de calidad. Le pasó a Aldosivi, que resistía el 0-0 y de repente quedó 0-3.
Hace dos semanas dudábamos acerca de si este plantel de River está a la altura de la ambición de su técnico. Si tolera su exigencia. Sin dudas, las incorporaciones llegaron tarde. Debieron haber estado para la Copa Libertadores, el objetivo del año. Si bien Rodrigo Aliendro jugó contra Vélez, recién con el agregado de Solari y Borja se generó una competencia interna ideal. Quedó a 7 puntos del líder Atlético Tucumán. Tiene margen para alcanzarlo y desbancarlo.
Boca jugó no solo el mejor partido del corto ciclo de Hugo Ibarra sino también del torneo. Aplicado en lo táctico, ordenado para recuperar en el medio y dispuesto a jugar en todas las líneas, superó claramente a Estudiantes, que tuvo una inesperada expectativa en el final.
Es un caso distinto el de Boca. Su fútbol va y viene, es un equipo irregular. Pero el problema no radica allí; se sabe que la jerarquía a la larga le aparece. El tema es solucionar las grietas internas. Si el club recuperara la paz, el equipo encontraría el ámbito para mostrar las condiciones. Y por lo menos en el medio local, esas condiciones le sobran.
A Racing hay que agregarlo en ese escalón de planteles con demasiado renombre para lo que es el torneo. Fernando Gago hizo todos los cambios que quiso y aun así, dejó en el banco a Cardona y Carbonero, dos de sus refuerzos de mayor cotización. Afuera imprevistamente en todas sus otras competencias del año, la Academia también debe ser protagonista.
El torneo argentino reúne 28 equipos. La enorme mayoría, obvio, mirará de lejos la pelea. Algunos sumaron puntos como para soñar. Otros, incluso rezagados, a la larga estarán. Tienen que estar. La grandeza los empuja. Pero, fundamentalmente, lo que los obliga es la inversión.
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