PSG ya no motiva ni a Messi
Nueva columna de opinión del periodista argentino, Ariel Senosiain, sobre el presente de Messi y el PSG
Ya es un equipo vulgar. Lejos de lo que podría parecer dada la caja fuerte qatarí. Un puñado de ausencias (Hakimi, Marquinhos, Ramos, Neymar) provocó que el PSG saliera con una formación que parecía de pretemporada: incluía una línea de cinco defensores con dos pibes, un líbero lento (Danilo Pereira) y un lateral zurdo (Juan Bernat) como central por la derecha. De los nueve suplentes, dos eran arqueros, seis no superaban los 20 años y dos de ellos, los 17. ¿Y la jerarquía?
En ese contexto sucede algo con frecuencia. Mientras el equipo de Galtier parece desinteresado por el resto de la temporada desde la eliminación de la Champions, sus rivales siguen sintiendo cada partido como un partido especial; es decir, suelen enfrentarse la desmotivación contra la gran motivación. La consecuencia fue el resultado: el discreto Rennes le ganó 2-0 en el Parque de los Príncipes. Después de decretado el final, se vio una postura de Lionel Messi que marca su estado de ánimo en el club parisino.
Los compañeros del argentino, encabezados por Kylian Mbappé, se dirigieron al arco de la tribuna cabecera del estadio, la que alberga a los denominados ultras, la analogía de la barra brava en Francia. Es un saludo que suelen realizar, sobre todo en las victorias y también en las derrotas. Como si tuvieran que quedar bien con quienes se hacen sentir. Messi, a esa altura, ya había cambiado su camiseta, había saludado a todos sus rivales y estaba en el pasillo del vestuario. Lejos de la mayor parte del equipo y más que nada de los ultras. La primera vez que lo hizo fue el año pasado, después de que lo silbaran tras la derrota frente al Real Madrid. Ya no tiene problema en mostrarse de esa forma.
Está claro que Messi no termina de acomodarse en el PSG. Su meta es la Champions, pero solo acumuló dos nuevas frustraciones con sendas eliminaciones en octavos de final. Tuvo partidos de buen nivel esta temporada, claramente mejor que la primera, aunque sin regularidad luego del Mundial. Asiste con frecuencia a Mbappé (dos veces lo dejó de cara al gol en este partido y Kylian falló en ambas), se asociaron mejor este año; sin embargo, el delantero por momentos sigue tan individualista que pierde de vista al argentino. El club le presentó a Lionel el contrato de renovación listo para firmar a principios de enero y aun así, todavía nadie asegura su futuro. A esta altura, el elemento que más fuerte juega para su continuidad, por lo menos por parte de Messi, es que en Europa no tiene muchas otras alternativas.