Ángel Di María también merece un Mundial
Columna de opinión del periodista argentino Ariel Senosiain, sobre Ángel Di María
Existe un sentimiento generalizado que, aquí en Doha, vemos potenciado hacia todas las nacionalidades del mundo: cualquier futbolero quiere que Lionel Messi gane una Copa del Mundo. Lo mismo sucedía en nuestro país el año pasado, durante la Copa América: "Que gane Argentina, obvio, pero sobre todo que gane Leo", se escuchaba en cualquier café de cualquier provincia. Una victoria, claro está, ligaba a la otra. Pero era una manera de reconocerle al capitán de la selección el mérito por tanta perseverancia, calidad y búsqueda. Bien, Messi no está solo. A un compañero de viejas batallas lo mueve el mismo objetivo y la misma necesidad.
Se trata de Ángel Di María, claro. Probablemente estemos hablando del segundo futbolista argentino en el ránking jerárquico de los últimos años. Seguramente pelee ese lugar del podio con Sergio Agüero. Pero recuerden los clubes donde jugó Angelito: Benfica, Real Madrid, Manchester United, PSG, ahora Juventus. Nada menos que el club principal de cada país. Y siempre (con excepción de su paso por el United), con destacadísimas temporadas.
En el seleccionado también se convirtió en un jugador vital; opacado hasta el año pasado, es cierto, por aquellas malditas lesiones en momentos culminantes de todas las competencias bravas. Lo dicho: hasta el año pasado. Hasta que se rompió la pared. La rompió él. Con insistencia, es decir con pasión, pero también con criterio, o sea con razón. Pasó por sesiones de psicólogo, se preguntó los porqués, pidió volver sin culpa. Y el 10 de julio de 2021, tocó a la gloria en el Maracaná.
Ayer, en la goleada a Emiratos en Abu Dhabi, demostró todo su repertorio. Puede ser quien mejor entienda a Messi. Lo buscó y lo encontró varias veces, con toques sutiles que dejaron al 10 de cara al gol. Pero también puede ser quien resuelva las jugadas. Socio y decisivo. Clave en un equipo que debe elevar a Messi y no sólo esperar que este decida.
Igual que Messi, el otro zurdo rosarino que insistió hasta que ganó, Ángel Di María merece un Mundial. Por su búsqueda, por su clase, por el legado que deja de no abandonar, por su amor a la camiseta. Ya adelantó que después de Qatar, se retirará del seleccionado. Entiende que hay que dejarles paso a las nuevas generaciones. No podrá arrepentirse de nada. Ojalá, mientras a fin de año se haya vaciado por dentro, también haya podido llenar la vitrina con lo único que le falta.