La evolución de Australia para llegar a ser competitivo a nivel mundial
Australia hace años que viene en constante evolución, a pesar de no ser un país tradicionalmente futbolero, de a poco se va posicionando.
El 11 de Abril de 2001, Australia le ganó (término que hasta queda chico) 31-0 a Samoa Americana, marcando un hito en la historia del fútbol internacional, convirtiéndose en el resultado más abultado en un encuentro oficial de selecciones.
Tras ganar cómodamente las Eliminatorias oceánicas, los Socceroos perderían ante Uruguay el repechaje por un lugar en Corea-Japón 2002 por un global de 3-0. Ahí se dio el click. Los dirigentes entendieron que competir en un nivel pobrísimo dentro del continente involucionaba y comenzaron a gestar el cambio para poder participar en Asia, algo que finalmente se dio en 2005.
Los números hablan por sí solos: no hay ningún país de Oceanía dentro del top 100 de FIFA. Nueva Zelanda es 105°, lo más cercano. Después, Islas Salomón (136°), Papúa Nueva Guiena (159°), Nueva Caledonia (161°), Thaití (162°), Fiji (163°), Vanuatú (164°), Samoa Americana (188°), Islas Cook (189°), Samoa (191°) y Tonga (197°) no significan rivales para poder potenciarse y crecer.
Justamente Nueva Zelanda puso el grito en el cielo tras la partida de los canguros de la clasificación oceánica, dejando más al desnudo la falta de rivales de jerarquía. Hoy ese problema lo tienen los All Whites.
Por eso la decisión de dejar el confort para ir al barro de Asia significa una decisión positiva. Algo que se dio a partir de las Eliminatorias para Sudáfrica 2010. Desde que modificó su proceso clasificatoria, los Socceroos no faltaron a una edición ecuménica, diciendo presente en forma consecutiva en las citas de Sudáfrica 2010, Brasil 2014, Rusia 2018 y Qatar 2022, más la obtención de la Copa de Asia en 2011.
Para llegar a este Mundial, Australia tuvo que disputar doble repechaje. Tras ser tercero en el Grupo B con 15 puntos (por detrás de Arabia Saudita y Japón, los clasificados en forma directa) disputó una repesca interna contra Emiratos Árabes Unidos, el tercero de la zona A.
Fue triunfo 2-1 con goles de Irvine y Hrustic para ganarse el derecho de jugar el repechaje final contra Perú, rival al que vencería en la tanda de penales para llegar a su sexto mundial, quinto consecutivo (Alemania 1974, el otro).
El plantel que comanda Graham Arnold no cuenta con figuras sobresalientes a nivel internacional. Tiene al arquero Mathew Ryan, su capitán y referente, en Copenhague de Dinamarca más los presentes de los defensores Souttar y Wright y el volante ofensivo McGree en Premier League. Luego, hay mucha presencia de jugadores en Escocia (cuatro) y casos en el ascenso alemán y japonés.
El modelo que utiliza el entrenador es un marcado 4-4-2, con centrales altos (Souttar 198 cm y Rowles 185 cm), doble cinco con Mooy-Irvine y al velocidad de Leckie e Irwin por las bandas (han marcado un gol cada uno). Arriba, la torre de Duke (el otro tanto en este mundial) y la movilidad de McGree como segunda punta, de paso por Brujas y presente en la segunda de Inglaterra.
Si bien es cierto que contra Francia fueron claramente superados (4-1), los Socceroos lograron acceder por segunda vez en su historia a octavos de final , tras alcanzar dicha instancia en 2006, gracias a los triunfos por 1-0 sobre Túnez y Dinamarca.
Si bien el rugby es el deporte por excelencia del país (lo practican 800 mil personas), el fútbol va en constante crecimiento: actualmente tiene en el fútbol femenino a una verdadera potencia, con cerca de 250 mil mujeres jugándolo a diario, más los 435.728 jugadores masculinos federados en todo el país. Una cifra para nada despreciable que invita a soñar.