La historia de Didier Deschamps, campeón como DT y jugador
El técnico francés Didier Deschamps es una leyenda viviente del fútbol
Didier Deschamps es una leyenda viviente del fútbol. Su legado ya está instalado en la galería de los grandes pase lo que pase en la gran final de la Copa del Mundo 2022 frente a la Selección Argentina.
Su vida fue una catapulta: de su humilde pueblo Bayona a la cima del planeta con un recorrido modelo tanto de jugador como de director técnico, ganándolo todo y siendo un referente con la cinta de capitán en su brazo izquierdo o con corbata sentado en el banco de suplentes.
Tuvo un fugaz paso por el rugby cuando era chico pero entendió que lo suyo estaba con la pelota en los pies. Del humilde Aviron Bayona de su barrio pasó al Nantes, donde debutó oficialmente en 1985. Fueron cuatro temporadas para dar el salto al gigante Olympique de Marsella, su primer gran marca de fuego.
No todo arrancó con color de rosas. Tras una temporada irregular su debut con esa camiseta, cambió de colores y estuvo otro año en Bordeaux. Retornó a Marsella para la próxima campaña y ahí comenzaría a dejar su huella, siendo referente del equipo que tocó el cielo con las manos ganando la Copa de Campeones de Europa en 1992.
Su otro gran amor fue Juventus, club al que arribo en 1994 a cambio de 5,5 millones de dólares. Fueron cinco temporadas con 178 partidos y nueve títulos: una Copa Intercontinental, una Champions League, tres ligas, una Copa nacional, dos Supercopas italianas y una europea.
Tras su partida de Italia, se dio el gusto de jugar en la Premier League con la camiseta de Chelsea (dos títulos más) y en La Liga española defendiendo los colores de Chelsea para anunciar su retiro como profesional en 2001.
Sin dudas que su paso por la Selección Francesa también fue muy importante. Debutó siendo muy joven con tan solo 21 años y defendió los colores de su país en 103 ocasiones, ocupando el noveno lugar en el ranking de presencias.
Disputó la Copa del Mundial de Italia 90 y se llevó un gran golpe con la no clasificación a Estados Unidos 94. Francia tragó saliva, armó un gran proceso y se preparó para competir en la Copa que organizó en el 98.
Capitán del equipo, fue fundamental por su experiencia y voz de mando para que su país logre la primera medalla de oro de toda su historia. A eso, le sumó la Eurocopa del 2000, cerrando un ciclo tan magnífico como exitoso.
Casi sin tiempo para procesar su partida del fútbol, arrancó su era como entrenador. Un gigante como Mónaco le abrió las puertas y allí estuvo durante cuatro años, consiguiendo una Supercopa francesa.
El destino lo cruzaría nuevamente con sus dos grandes amores. Primero fue Juventus, con un tremendo desafío: devolver al enorme equipo con tanta historia a la Seria A, su lugar en el mundo. Cerró una campaña impecable con treinta victorias, diez empates y solo tres derrotas contando torneo local y Copa Italia (Nápoli lo eliminó en tercera ronda).
Recién tras su partida de Italia se tomó un respiro. Fueron tres años sin dirigir, hasta que dijo presente Olimpyque de Marsella y el desafío no lo hizo dudar. Ganó seis títulos en sus tres años, todos locales (una Liga, dos Copas y tres Supercopas).
En 2012 se convirtió en seleccionador nacional en reemplazo de otro histórico y ex compañero suyo como Laurent Blanc. Con una década en el mando, ya consiguió una Liga de las Naciones y la ansiada segunda Copa del Mundo para su país. Deschamps tiene el privilegio de ser uno de los tres jugadores que logró ganarla como jugador y como técnico (Zagallo de Brasil y Beckenbauer de Alemania, los otros).
Con renovación asegurada post Qatar, el insaciable Didier quiere conseguir el bicampeonato ecuménico, marca que solo tienen Italia (34 y 38) y Brasil (58 y 62) y el segundo en hacer doblete consecutivo junto con el italiano Pozzo.
Más allá del resultado ante Argentina del domingo, el camino de Deschamps es envidiable, tanto como jugador como también con el buzo de técnico. Sin dudas, un ganador absoluto que quiere seguir agigantando su leyenda.
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