La increíble confesión de Kempes: fue campeón del mundo y no había hecho esto
El Matador hizo dos goles en la final de 1978 pero no había podido hacer esto
"Es lo más lindo que te puede pasar como jugador de fútbol: saber cuánto pesa la Copa del Mundo", dijo Diego Maradona en una histórica charla con la FIFA. Pero aunque el privilegio está reservado solamente para los campeones del mundo, hay un jugador histórico que hasta hace no tanto no había tenido el privilegio: Mario Alberto Kempes.
El Matador fue parte fundamental del equipo que llevó César Luis Menotti a la Copa del Mundo de 1978, donde la selección de fútbol de Argentina se coronó por primera vez campeona del mundo y en su casa. Sin embargo, a pesar de ser poseedor del privilegio y haber tenido la oportunidad de levantar el trofeo más deseado del mundo fútbol, confesó en una entrevista que hasta recientemente no había tenido la oportunidad.
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"Cuando levantó la copa Daniel [Passarella], ya todos la querían agarrar, y yo era el penúltimo, porque el último era Menotti. Cuando se tiraron todos a agarrar la copa, yo ni me acerqué, porque sabía que no iba a llegar. Así que los dejé, y dije 'Ya la tocaré'", confesó Kempes en charla con ESPN. Sin embargo, se ve que la oportunidad nunca llegó, porque de boca propia del Matador llegó la admisión de que recién en hace algunos años, ya retirado, tuvo la oportunidad. "Ya cuando me había retirado la pude tocar, hará un par de años atrás, porque yo no la había tocado", explicó el delantero que brilló en Rosario Central y Valencia de España.
"La que toqué yo es la verdadera. Fui a Suiza porque me invitaron a un partido, pasé por el museo [de la FIFA] y la copa que está ahí es la verdadera, es la auténtica. Esa me la dieron, ya la tuve como un bebé", contó Kempes sobre como tuvo finalmente la oportunidad de tocar el trofeo que había ganado en 1978, "Es muy difícil poder tocarla. Solo los presidentes y nosotros, los campeones del mundo, tenemos la potestad de hacerlo. Los demás no la pueden tocar. A mi cuando me la dio el director del museo de la FIFA, él se puso guantes pero a mi me la dio sin más".
Sin embargo, Mario Alberto Kempes reconoció que más allá de haber podido finalmente levantar la Copa del Mundo, el gran orgullo es haberla ganado, un honor que está reservado para muy pocos: "Me saqué un par de fotos y cuando la quise devolver me dijeron que podía tenerla cuanto quiera. Recorrí todo el museo con la Copa y la miraba de vez en cuando. Pero no es el hecho de haberla tenido sino el orgullo de poder tocarla y haberla ganado".