"Le dijimos que si nos sacaba el vino y la cerveza tendría problemas; lo echaron"
"Le dijimos con Ronaldo que si nos tocaba el vino y la cerveza tendría problemas y lo echaron inmediatamente".
El exjugador brasileño y del Real Madrid, Roberto Carlos, reveló en el Canal 11 de Portugal, un gran número de anécdotas insólitas de su época de jugador del equipo merengue que contrastan muchos con los éxitos obtenidos a finales de los 90 y principios de la primera década de este siglo. Dicha entrevista fue hecha a su vez por otro exjugador, el portero portugués Vitor Baia, que jugó un tiempo en el Barcelona.
"Extraño el ambiente del fútbol" rememora el lateral, considerado uno de los tres mejores del mundo en su puesto: "El ambiente en el vestuario, el ambiente en el hotel, había ambiente de vestuario de verdad. Siempre que hay partidos benéficos, voy e intento hacer las mismas cosas dentro del autobús".
"Camacho aguantó diez días como entrenador" recuerda. "El primer día llegó al vestuario, saludó a todo el mundo, muy serio y con historia en el Real Madrid. Yo solo observaba a ver qué iba a decir. Dijo: 'quiero a todo el mundo mañana a las 7.00 de la mañana'. Hablamos con él para intentar cambiar el horario, nosotros teníamos nuestras costumbres, no funcionó y se fue".
"Luxemburgo intentó
quitarnos la cerveza
y el vino: duró 3 meses"
Con Vanderlei Luxemburgo, confiesa, pasó lo mismo: "En el segundo partido de Liga, teníamos la costumbre de llegar a la concentración, dejar las maletas y antes de la cena tomar nuestra cerveza y nuestro vino. Encima de la mesa siempre había dos botellas de vino. Ronaldo y yo le dijimos: 'Profesor, la gente aquí tiene sus costumbres, lo vas a ver, pero intenta no cambiarlas. No quites las botellas de vino de la mesa y la cerveza antes de la cena porque si no vamos a tener problemas. ¿Qué hizo? Quitó primero las cervezas y luego las botellas de vino. Duró tres meses".
Pero no todo era negativo. Roberto Carlos tiene buenas palabras para con Del Bosque, otro histórico del Madrid como jugador y como entrenador: "Era más un amigo. No necesitas reglas. El jugador sabe lo que tiene que hacer. Nos entendía perfectamente. Los entrenamientos de lunes y a veces los martes eran a las 17:00. No los ponía a las 11:00 porque casi nadie llegaba".
"Me llamo Roberto Carlos
porque mi padre era fan
del cantante"
Y reconoce que los excesos y la vida de lujo los perjudicó: "Nos encontrábamos en la terminal privada de Barajas (aeropuerto de Madrid). Era Beckham que iba no sé a dónde, Figo, Zidane que iba a tal lugar, Ronaldo, yo... y teníamos que entrenar pasado mañana. Yo quería los partidos los sábados para poder ir a la Fórmula Uno los domingos. Eran vuelos privados para todos lados. Una locura".