Fue el mejor goleador de la historia durante 70 años hasta que aparecieron Messi y CR7
Jugó en tres selecciones distintas y anotó casi tantos goles como Messi y Cristiano Ronaldo. Lo marcó a fuego la Guerra Mundial y dejó su nombre en la historia grande del fútbol.
Josef Bican nació en Austria en 1913 y tiene un recorrido marcado por el fútbol y por los problemas que acontecieron en una época signada por los conflictos bélicos desatados principalmente en la Europa del siglo XX.
Desde chico, la pelota fue su cable a tierra, en una época donde todavía el fútbol era incipiente. En su pueblo llamado Quellenstraße, sus pares ya se iniciaban en el mundo de la industria como trabajadores aunque él tenía bien en claro su objetivo, ser futbolista.
Su padre František fue el fundador de un pequeño club llamado Hertha de Viena, lugar que acobijó al pequeño Josef desde su llegada en 1925, donde desde pequeño ya demostraba que era cosa seria. Ese talento y el olfato goleador le permitieron convertirse en un jugador de un equipo gigante del país como Austria Viena.
En su debut oficial, hubo ni más ni menos que derby ante el Rapid. Enfrente, la leyenda viviente de Matthias Sindelar. Su presentación ante los ojos de un país iba a ser un reflejo de su talento: triplete para minimizar al máximo ídolo nacional y triunfo por 5 a 3.
Las cifras marcan números estremecedores, aunque nobleza obliga, eran tiempos donde los registros no eran tan rigurosos. Oficialmente, según Rec. Sport Soccer Statistics Foundation (RSSSF) y la FIFA, llegó, en total, hasta los 805 goles en su carrera, un número solo superado varias décadas después por los 837 tantos de Cristiano Ronaldo y los 807 de Lionel Messi. Pasó medio siglo y tuvieron que aparecer dos extraterrestres para destronarlo.
Hay otro dato muy fuerte también: Josef Bican es el máximo anotador en la historia del fútbol contando amistosos verificados, con un total de 1813 conquistas. Aunque pocos realmente lo tengan en el radar y se queden con esos supuestos mil goles de Pelé o Romario.
A nivel de selección, Bican arrancó con todo y jugó la Copa del Mundo de 1934 en Italia para Austria, en un equipo de esos bien denominados legendarios del fútbol internacional. Es más, para su país anotó 14 goles en 19 partidos, siguiendo con esto de ser altamente efectivo en la red de enfrente.
Pero el fútbol no estuvo ajeno a una de las épocas más oscuras de la historia. En 1937, Josef tuvo que refugiarse en Checoslovaquia debido a la amenaza de la Alemania nazi de Adolph Hitler, que empezaba a insinuar lo que iba a terminar en uno de los ataques más sanguíneos de toda la historia. Allí, logró la contención necesaria para escaparle al terror de la Segunda Guerra Mundial y terminó nacionalizándose en lo que sería su nuevo lugar en el mundo.
Defendió los colores de Slavia Praga, club en el cual se transformaría en una leyenda absoluta, jugando 217 partidos y marcando 395 goles. Sí, casi dos por partido.
Su estadística personal marca que es uno de los pocos jugadores que representó a tres selecciones distintas (Dejan Stankovic también, más acá en el tiempo, claro). Además de su labor con la Selección de Austria, Bican tiene 18 tantos más para el combinado de Checoslovaquia más otros nueve representando al extinguido Protectorado de Bohemia y Moravia, durante la invasión alemana en la Segunda Guerra Mundial.
Ya en sus últimos años una vez consumado su retiro luego de jugar en el ascenso, Josef Bican se dedicó a intentar hacer que el fútbol de su país adoptivo crezca, mientras se refugió en el calor familiar. El paso del tiempo fue machacando su salud, hasta que un infarto cardíaco marcó el sonido del silbato del final para darle paso al nacimiento de una verdadera leyenda.